6.- Entrenadora.

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Tocaban con desesperación. Cuando los toques se reproducen en el departamento de al lado me asomo. Jorge está afuera del otro departamento con una lona blanca en mano.

Las dos chicas que viven al lado, como yo, se asoman. Tras verme les pide perdón y viene a mí.

— ¿Cuándo pensabas volver al topo?— Entrecierro los ojos un poco confundida. — Oh, cierto. Hola.

— ¿Qué haces aquí?

— Tu guardaespaldas el serio no contestaba y Quique me dijo que no te diría que volvieras así que tenía que venir.

Miro alrededor, dirijo mis pasos a la cocina y en el camino lanzo un bostezo. Son las cinco de la mañana y lo único que tengo es hambre.

— ¿Puedo pasar? — con mi mano le digo que pase— Gracias. Vaya, tu habitación se ve diferente, son otros colores. ¿Tienes un sofá nuevo? — lo escucho sentarse y acomodarse varias veces. — Es mejor que los otros.

Con mi cereal en mano me giro a él — ¿Quieres cereal?

— No, gracias.— desde el sofá me mira — No tengo hambre, nunca desayuno. Todos te esperábamos el día de tu cumpleaños, Cristhian incluso hizo ésto. — me siento a su lado y pone la lona en mis piernas.

Como un poco antes de desdoblarla. Sonrío. En ella está escrito un gran: felicidades Sobreviviente, y la fecha de mi cumpleaños en color naranja. Por toda la lona, sin orden y con rotulador negro, hay frases escritas por integrantes del Topo.

— Es muy impulsivo, ¿no?

Le miro.

— Gracias, Super Afro.

Alza sus cejas.

— ¡Hey! ¡Al fin un apodo! Creí que toda la vida me llamarías Jorge, por favor, los apodos me encantan, sigue diciéndome así y serás de mis favoritas. — Sonríe mostrando unos dientes perfectamente blancos. Mira la lona como yo lo vuelvo a hacer— ¿Te gusta?

— Sí.

— Hablo del chico que hizo esto por ti.

Dejo la lona sobre el sofá. Mis pensamientos se debaten entre lo vivido y lo que he visto.

— No lo sé.

— Bueno, hay un rumor que dice que son novios, y viene de él. Algunos nos hemos reído ya que siempre se la pasa rechazando a las chicas, esperaba que el karma le alcanzara.

— No lo somos, no hemos hablado al respecto, solo nos besamos una vez...

— ¿¡Besaste a Cristhian!?— Me interrumpe. Siento como el calor sube a mis mejillas — Bien hecho, si no llegan a algo al menos se besaron. ¿Quién lo inició? ¿Si besa bien?

— ¡Afro! — Su carcajada resuena en el lugar — No le vayas a decir a alguien.

— No lo hago, si vuelves al topo. Necesitan a alguien como tú. Alguien que haya sobrevivido a los Skarter y los motive, alguien que los entrene, alguien bueno. — Mira sus manos — Yo sé que no puedes volver. — Sube la mirada a la mía — Pero también sé que eres la mejor.

Me levanto.

— No... no puedo. El jefe puede que se entere y entonces todos estaremos en problemas.

Y ya no quiero más, ya desobedecí bastante.

— He pensado en ello. No te preocupes por eso, en el topo la mayoría decidió que te quieren y antes de aceptar ser la voz que te lo pidiera, les dije que solo lo haría con dos condiciones que estaba seguro, tú también querrías: el no decirle nada al jefe y los días que fueras, desactivar las cámaras para que no aparezcas. Así que,— Se levanta— ¿te esperamos?— Busca algo alrededor. Corre a la cocina y cuando vuelve con una hoja y un lápiz, apunta algo que me entrega. Un número.— Agéndame. Llámame solo si estas afuera del topo esperando a que alguien te abra la puerta. Ten un buen día.

LPQSB 1- Recorriendo Caminos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora