Suerte de conocerte (RusPer)

Bajo la lluvia.... camino a casa....

- ¿Estabas... siguiéndome?....- Preguntó la peruana mirando de un lado a otro. No sabía cuándo y cómo fue que el eslavo la siguió hasta aquí. - ¿ E- Eso no es acoso?

- No, la calle es uno de mis lugares favoritos.... - Dijo Rusia dejando caer el palo a otra parte en el suelo, luego volteó a otro lado aún hablándole. - Por cierto, yo te vi por casualidad, eso es distinto a acosar.

Perú había pasado por tantos momentos traumáticos estando sola en la calle, razón por la cual le es difícil diferenciar a un citadino callejero con un acosador perverso. Rusia vio que Perú estaba muy empapada, de pies a cabeza; a lo que se quitó la casaca y se lo puso encima de ella para protegerse del frío.

- G-Gracias... ¿eso creo?

El tricolor no dijo nada y quiso seguir su camino, pero justo cuando lo iba a hacer volteó a ver a la pequeña latina, sintió pena por verla tener que llevar todo ese paquete pesado en las manos, con todas esas maletas que la estorbaban.

-... Veo que eso te pesa y mucho .... Te ayudaré. - Dijo Rusia tratando de sonar mejor para llamar la atención de Perú, pero la peruana se negaba rotundamente

- NO NO NO!! no te molestes yo si puedo! - Intentó llevar las dos maletas con una sola mano mientras con la otra, sostenía la pesada bolsa de cuadernos que el mismo ruso le había prestado. Rusia al ver a Perú hacer eso, tomó la bolsa de cuadernos, al rato que esos le pertenecían, y de esa forma logró quitar un enorme peso de encima a la peruanita.

- Insisto...- Rusia tomó sus cuadernos y Perú con una mueca lo miró algo molesta.

- Ugh! De acuerdo. - Luego de eso, ambos caminaron juntos saliendo del sucio y tenebroso callejón. Perú y Rusia caminaban bajo la lluvia en esta fría noche, eran apenas las once desde que Rusia se encontró con la peruanita. La caminata era para ambos, demasiado incómoda, nadie intercambiaba palabra alguna. Ahora la bicolor ya no sabía si seguir siendo su amigo después de lo que pasó, ¿lo perdonaría por lo que hizo?, ¿él era consciente del porqué?...

- ¿Перу (Perú)? - Finalmente habló el eslavo.

- Habla....

- Yo.... siento mucho por lo de esta mañana.... - Perú levantó las cejas. - Okey, la verdad es que me siento raro diciéndote "perdón", "perdón" por cada idiotez que hago.- Dijo Rusia tomándose la frente algo arrochado. - Sólo que... ARGH! No lo sé, me siento mal es todo... perdón por todo...

....

- Russ...- Perú iba a decir algo pero de repente estornudó, el clima la estaba afectando. Con las prendas aún mojadas y con ese viento insoportable cómo no podría ser ella capaz de no contraer un resfriado, Rusia al darse cuenta de eso, metió sus cuadernos en su mochila y de ella saca un paraguas color rojo y con eso decide cubrirse a sí mismo y a su pequeña amiga.

- Tranquila, mejor te llevo a tu casa, ¿sabes donde queda?

- Rusia.... aquí no tengo hogar.... - Dijo Perú en voz baja tratando de acurrucarse entre la felpa de la prenda que le ofreció el ruso. Cuando el tricolor oyó eso lo pensó por un momento y se le ocurre una idea.

- Mierda lo olvidé.... *suspira* ....Está bien, te llevaré a mi casa...- Dijo, entonces dejó el paraguas a un lado mientras intentó cargar a la peruana, en lo físico, Rusia no era tan fornido como America, él tenía el cuerpo muy delgado y sus brazos eran como dos palos de fierro sosteniendo una pequeña country; para ser bajita, Perú era muy ligera, casi como un peluche de oso o una almohada. Rusia la montó por su espalda haciendo que la peruana se sostenga por su cuello y hombros. Después, cogió el paraguas y fueron al paradero más cercano.