⚊amour plastique｡☁ ❝ jilix ❞

amour plastique

ㅡ¡Por favor, Jisung!ㅡExclamó el australiano, manteniéndose insistente ante su petición. Se encontraba apoyado sobre una de sus rodillas frente al anteriormente mencionado, mientras sostenía las manos ajenas entre las suyas y le rogaba dramáticamente que acatara sus órdenes.

Jeongin los observaba con atención, conteniendo las terribles ganas que tenía de echarse a reír mientras mordisqueaba una paleta de fresa que Minho le había regalado minutos atrás.

ㅡYa te dije que no quiero...ㅡMurmuró el más bajo con el ceño fruncido, mientras forcejeaba ligeramente en un vano intento de que su mejor amigo dejara libre sus sudorosas palmas. Claramente, el de cabello morado siguió insistiendo como siempre.

Lee Felix era terco de los pies a la cabeza.

Jisung se sentía extremadamente avergonzado, y se notaba bastante debido a sus regordetas mejillas teñidas de un ligero tono carmesí, ardiendo en timidez, sin embargo, a Felix parecía importarle muy poco el hecho de estar armando una escena frente a todo el alumnado. Pudo ver de reojo como Jeongin rodaba los ojos con exasperación, tratando de esconder la pequeña sonrisa en su rostro que indicaba que en realidad, estaba gozando el dramatismo de su amigo extranjero, y el nerviosismo del de menor estatura.

ㅡVamos, di algo en francés, te lo ruego.ㅡPuchereó el pecoso.

Así es, todo el alboroto que el chico había formado se debía a que Jisung había comentado casualmente que sabía hablar francés de forma fluída, mientras bebía con tranquilidad su café rutinario en la cafetería de la secundaria. Aquello, como ya se había podido apreciar, había despertado la curiosidad y energía de Felix. El coreano estaba consciente de lo mucho que Lee amaba los idiomas, por lo que simplemente, mientras éste hablaba de lo hermoso que sonaba el francés, había decidido soltar aquel simple e inofensivo dato que había terminado por avergonzarlo frente a la mitad de la escuela.

ㅡIré a ver a mi novio dentro de unos minutos, raritos.ㅡAvisó Jeongin, entregándole lo que quedaba de la paleta al chico arrodillado en el suelo. Felix sujetó el dulce entre sus manos, liberando finalmente a Han, pues él estaba consciente de que si no tomaba lo que su pequeño amigo pelinegro le estaba entregando, éste mismo se encargaría de estampar el caramelo sobre su preciado cabello.

Lo sabía a la perfección, pues ésto ya había sucedido varias veces anteriormente.

«Quizás debería decirle a Minho que deje de darle paletas a Jeongin, porque de igual forma nunca se las come completas y luego yo debo desecharlas.» Pensó, sonriendo de lado cuando vio a Jisung frotar sus manos contra sus jeans ajustados, en un intento de eliminar los restos de sudor en dichas extremidades.

ㅡ¿Cómo está él?ㅡCuestionó Jeongin una vez Felix se había retirado para tirar la paleta a la basura, clavando su preocupada mirada sobre el castaño. Ambos sabían que no debían hablar sobre ese tema en presencia de Yongbok, sería como apedrear una botella de cristal y esperar que ésta no se rompa en mil pedazos.

ㅡHa estado progresando...ㅡSusurró en respuesta, dedicándole una suave y tranquilizadora sonrisa. Jeongin asintió suavemente, dirigiendo sus curiosos ojos hacia donde Felix luchaba con el pegajoso dulce que se había quedado adherido a su mano derecha.

Jisung también observaba la escena con diversión, sintiendo su corazón latir tranquilo pero con fuerza, totalmente embelesado con la simple existencia de Lee Felix. Porque, por más loco que parezca, y aunque en su mente suene extremadamente estúpido, ese chico le parecía adorable incluso cuando se encontraba maldiciendo a los cuatro vientos en su idioma natal, prácticamente declarándole la guerra a aquella paleta.

ㅡ¿Cuándo le vas a decir?ㅡCuestionó el pelinegro repentinamente, rompiendo el tranquilo silencio que se había formado entre ambos, que solo era interrumpido por el sonido de otros estudiantes conversando entre si.