Anchored ♡ [m.c]

• capítulo uno

Decir que estaba irritada sería una mala interpretación de mis sentimientos. Yo diría que estaba molesta.

Fingía escuchar al hombre a mi lado, balbuceando sobre sobre su mujer que lo dejó porque bebía demasiado. Para ser honesta, sentí lástima por el hombre; parecía dulce, pero escuchar los problemas de un extraño no era como me imaginaba la progresión de mi noche.

La barra superior en la que actualmente mi mojito descansaba era mucho más sucia que las de los bares más exclusivos que normalmente frecuentaba. La clientela también era más fuerte y más ruidosa. En los treinta minutos que había estado sentada en el bar, ya había sido testigo de dos peleas a puñetazos en el que el perdedor queda con algo más que una nariz ensangrentada.

Sin embargo no estaba perturbada por la violencia. Estar en mi primer año de la escuela de medicina significaba que estaba expuesta a la sangre y el gore a diario, por lo que un par de puños sangrientos difícilmente podría causar que mi estómago se encendiera. Incluso entonces, no estaba particularmente disfrutando del boxeo del que me había convertido en una espectadora.

Suspirando, tomé otro sorbo de mi bebida, asintiendo distraídamente a mi compañero que seguía con el tema de su mujer, busqué por el pub a mi amiga, la que me había arrastrado a esta parte de la ciudad. Violett constantemente se esta quejando acerca de cómo tengo que "vivir un poco " y finalmente he sucumbido a su súplica y he salido con ella. Sin embargo, parecía que la castaña había desaparecido de la faz de la tierra.

Frunciendo los labios, volví mi atención al melancólico hombre que estaba en su último trago. Sonriendole, me alente a vaciar el último de mis mojitos y disponerme a salir del espantoso lugar. Si no iba a encontrar a Violett en ninguna parte, desde luego no iba a pasar más de mi noche escuchando los problemas de este pobre hombre.

Apenas puse mi vaso vacío sobre la barra superior, salté de mi asiento ante el sonido de la puerta del pub siendo abierta, anunciando la llegada de tres hombres. El primero de ellos era alto y desgarbado, con el pelo rubio y unos penetrantes ojos azules. El segundo más bajo y con pelo de jengibre.

Sin embargo, me encontré cautivada por la entrada del tercer hombre. Aunque su entrada en el pub no fuera grande ni notable, parecía atraer la atención de todos en la sala. Cuando cruzó por la puerta principal, sus dedos empujaron a los bolsillos de sus pantalones vaqueros y un zumbido silencioso cayó sobre la multitud del bar.

Fruncí el ceño con confusión mientras buscaba una pista en cuanto a la identidad de este hombre. Su aspecto no era intimidante, sin embargo, su postura confiada sugirió que estaba acostumbrado a recibir respeto. El pelo oscuro le calló por la frente mientras que sus ojos verde claro con atención escanean la habitación, en busca de un asiento vacío.

Un grupo de hombres cerca de la parte de atrás se puso de pie rápidamente, dejando un stand vacío para el recién llegado y sus dos amigos. Mis labios se abrieron con asombro mientras me preguntaba lo que el poder de este hombre realizó sobre cada alma presente. No había duda de que era hermoso, su fuerte línea de la mandíbula y la mirada penetrante hicieron imposible mirar hacia otro lado, sin embargo, no era como si él fuera lo suficientemente grande como para justificar el tipo de miedo que los otros clientes del pub estaban expresando con claridad, alto, sí, pero no intimidante físicamente.

Los tres hombres tejieron su camino a través de las sillas y mesas hasta llegar a la cabina en la parte posterior. Mientras caminaban más allá de la barra, me incliné hacia delante para conseguir una mirada más de cerca. El de pelo oscuro fue parcialmente cubierto por la capucha de su sudadera sostenida sobre su cabeza y la profundización de las manos en los bolsillos le tiró abajo la línea del cuello de su camisa. Una rápida mirada reveló aros negros perforados a través de cada oreja y una barra a través de su ceja derecha.