VIERNES
Volvió a ocurrir, ya no me sorprendía, ¿que importaba que fuera el día de San Valentín? Cualquier día es bueno para molestarme. Sus miradas de asco y sus palabras de rechazo no eran nuevas para mí, incluso creo que ya hasta las memoricé de tanto que me las repiten, tengo 16 años y gran parte de mi vida la he vivido así.
El día donde a todos les llueve besos y abrazos a mí me tenían que llover vergazos, irónico ¿no?
Pero fue mi culpa como siempre, ¿cómo fui tan estúpida? ¿Cómo no me di cuenta? Él nunca me quiso, es decir, ¿cómo siquiera lo iba a hacer? Todo quedó más claro al ver la forma en la que me mira, en lo profundo de sus ojos chocolate lo único que hay es ira y desprecio.
Pero, ¿qué he hecho yo para merecerme esto? ¿Tanto es pedir que una única persona en el mundo pueda quererme y aceptarme tal y como soy? ¿Ese fue mi error? ¿Buscar el amor?
Siento que no debería culparme, cualquiera en mi situación hubiera caído prendida ante los encantos que este chico me ofrecía, pero como todos los demás que he conocido, solo se aprovechaba. Enamorarme para después odiarme.
Quería terminar un San Valentín lleno de rosas y abrazos, y en cambio terminé con dos costillas rotas y un ojo morado.
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Ámate
Short StoryUna persona inestable que ha pasado de la mano de varios psicólogos sin éxito encuentra el diario de su adolescencia en donde relata todas sus preocupaciones y el porqué que encierra su depresión actual. Por consiguiente, decide escribir una última...