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A las 12 o a las 3

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Eran las tres de la mañana y Tony se tambaleó     dentro del elevador de la torre que le llevaría al piso que compartía con su rubio esposo.

Esa noche había salido con Rhodes, Nath y Clint por algunos tragos y le había prometido a Steve que regresaría a las 12 en punto. ¡A las 12 como la maldita cenicienta!

"Te lo prometo"

Había dicho regalándole a Steve una de esas miradas que sabía eran irresistibles para su esposo.

Hacía años ya que se había resignado a que el rubio no era esa clase de hombre, no le gustaban las fiestas ni la música tan fuerte. Pero Tony las amaba, amaba las fiestas y ser el centro de atención... y con el tiempo Steve también había entendido que Tony necesitaría siempre su dosis de bullicio.

Los ligues de una noche habían sido dejados de lado por el mismo Tony desde la primera vez que había salido con el rubio, demasiado encantado por esos ojos azules y ese cuerpo que Tony podría adorar horas y horas  jamás cansarse.

Que Steve fuese un caballero con sonrisa y personalidad de ángel habían sido el plus que había terminado atrapando el corazón del soltero más codiciado del país... había sido ese rubio tan correcto y perfecto, que muchas veces le hacía rabiar hasta casi sacar espuma  por la boca quien había terminado atrapando a Tony quien la mayoría del tiempo sentía que exudaba miel de cada poro de lo enamorado que se sentía.

Así había sido como los ligues se habían ido, pero el alcohol y las fiestas de habían quedado... algunas veces provocaron peleas entre ambos hasta que Steve había entendido que las fiestas eran parte de Tony y Tony había entendido que el alcohol en exceso no era bueno para la salud.

Así ambos habían llegado a un acuerdo, Tony saldría cuanto quisiera de fiesta y tendría que aceptar que habrían veces cómo está en que el rubio no querría acompañarlo y eso no significaría que le amara menos o que no deseara su compañía.

Y Tony había poco a poco ido reduciendo su ingesta de alcohol hasta prácticamente mantenerse en un límite de dos copas por noche... pero a veces, de mes en mes, en noches como aquella a Tony se le iba el tiempo... y el alcohol...

La reunión había estado muy bien, risas, música, mucho alcohol y quizá, solo quizá a Tony se le había dicho el tiempo...

Eran las tres de la mañana cuando el moreno finalmente se había tambaleado frente a su piso en la torre, Jarvis se había asegurado de conducir su auto y activar los botones que le llevarían hasta arriba, había abierto las puertas para él y también había encendido las luces para que Tony no se tropezara.

Todo iba bien, Tony había intentado estarse callado y andar con cuidado para no hacer ruido, Steve seguramente ya estaría muy dormido y no notaría que había llegado un poquito tarde.

Pero apenas había puesto un pie en el primer escalón para subir al dormitorio cuando el maldito reloj cucú que Steve se había empeñado en tener había hecho "cu-cu" tres veces, Steve se despertaría y obviamente sabría que Tony había roto su promesa... le dejaría sin fondue una semana y entonces toda la semana Tony se la pasaría sufriendo por no poder tener ese monumento de hombre haciéndole cosas deliciosas...

Sin pensarlo mucho Tony  grito "cu-cu" otras 9 veces más.

Esa noche Tony se acurrucó junto a Steve con una sonrisa enorme en el rostro y sintiéndose muy orgulloso de si mismo por haber evitado una pelea con Steve.

A la mañana siguiente Tony bostezo sorbiendo de su taza mientras el rubio le cocinaba un par de huevos y algunas tiras de tocino, habría preferido quedarse en cama por muchas horas más pero eso habría sido sospechoso así que se había levantado muy puntual cuando su alarma había sonado.

Después de bañarse y vestirse había bajado encontrándose con un sonriente y precioso rubio que le preparaba el desayuno. Tony suspiro una vez más mientras lo veía con ese mandil y esa ropa deportiva tan pegada que poco dejaba a la muy activa imaginación de Tony.

-¿a que hora llegaste anoche cariño?-

-a las 12... y cacho-

Respondió el moreno encogiéndose de hombros, Steve asintió hacia el y Tony por un par de minutos se sintió realmente aliviado, su plan había funcionado!

-Por cifró... creo que tendremos que cambiar el reloj cucú de la sala-

Tony casi se atragantó con el café pero logró pasar el trago sin delatar su nerviosismo.

-pero ese reloj te gusta mucho... ¿por que lo quieres cambiar?-

-Bueno, anoche el reloj hizo 'cu-cu' tres veces..... Luego, no sé cómo, gritó "¡¡Jarvis cállate!!"... Después hizo 'cu- cu' cuatro veces más se tropezó en las escaleras, Hizo 'cu- cu otras tres veces... dejó escapar una risa divertida pero bajita, y otra vez hizo 'cu-cu'... Salió corriendo, rompió la mesita del pasillo, se acostó a mi lado dando el último 'cu-cu', me dio un beso y se durmió. Creo que está roto-

Tony lo escuchó con los colores subiendo poco a poco por su rostro pues había jurado que su plan era perfecto.

Por un par de segundo la cocina se quedó en silencio total hasta que fue irresistible y el rubio terminó riendo a carcajadas al ver el rostro de su amor.

Tony masculló una maldición avergonzada antes de darle un sorbo a su taza sintiendo sus mejillas coloradas. Pero el bochorno pasó cuando Steve se acercó y aún entre risitas divertidas le beso y abrazo.

-estás en lo correcto Tony, este reloj cucú me gusta mucho... jamás lo cambiaría... -

Tony terminó sonriendo y levantando el rostro para recibir más besitos de buenos días.

-me alegra que llegaras bien anoche cariño...-

Fue lo ultimo que le dijo Steve antes de servirle el desayuno. Ese día después de todo el plan de Tony había salido bien pues si que había evitado una pelea con Steve.

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Leí el post y quise hacer la versión stony! 😂💕

A las doce o a las tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora