Fire on fire || OS KookV

F I R E O N F I R E

Su mano acariciaba la espalda desnuda de Jungkook, quien dormía a su lado, con la boca entreabierta y su mejilla aplastada contra la almohada. Su expresión pacífica y relajada, junto al cabello alborotado, le hacían lucir como un niño, profundamente perdido en el mundo de los sueños. Taehyung sonrió con ligereza, prosiguiendo con sus caricias; sus dedos ascendieron, hundiéndose en los omóplatos, pasando al hombro. Pequeñas marcas de dientes y hematomas se encontraban en aquella zona, así como sutiles arañazos que bajaban por toda la espalda del azabache.

---- Precioso...----musitó Taehyung, apenas audible, embelesado en la belleza adorable de Jungkook. Era tan hermoso que a veces le ponía nervioso mirarlo directamente. Le intimidaba la mirada adversa, su cuerpo, su envergadura, su voz... Cuando sus ojos se encontraban, el sonrojo se apoderaba de las mejillas del rubio, avergonzado. Y es que en el profundo mirar del contrario había toda una galaxia, llena de estrellas y luceros de colores; algo que el propio Jungkook nunca supo apreciar. Para él, sus ojos siempre fueron de un tono café normal, común. Pero desde el punto de vista de Taehyung, eran piedras preciosas.

Consecuencias de estar enamorado, supondremos.

---- ¿No piensas dormir?----Jungkook habló, ronco, alterando temporalmente a su compañero de cama, quien soltó un respingo. El azabache abrió apenas sus ojos, dedicándole una atractiva sonrisa ladina.---- Perdón, ¿te asusté?

---- Creí que dormías...----se excusó Taehyung, riendo apenas, por lo bajo. Emitió un suspiro cuando sintió la fuerte mano ajena poseer su cintura, atraiéndolo. Rodeó el esculpido torso de Jungkook, abrazándolo, y escondió su rostro en su pecho, dejando un pequeño beso en él.---- Lo siento, te desperté.

---- Puede ser...----el chico chasqueó la lengua, riendo entre dientes y agarrando al adverso; ambos giraron en la cama, quedando Taehyung tumbado sobre el mayor.---- Me sentí un tanto observado, la verdad.----acarició la rubia cabellera del chico.---- Pero si es semejante belleza quien me observa, no me quejo.

---- Bobo...----Taehyung golpeó levemente la barbilla del contrario con el índice, a la par que apartaba la mirada, ruborizado.

Jungkook tomó su rostro sin previo aviso, sosteniendo las encendidas mejillas del menor y besándolo dulcemente. El otro suspiró, cómodo, y se acercó un poco más para poder saborear a gusto la boca ajena; los chasquidos hacían eco en la noche, pausados. La zurda de Taehyung jugaba con los cabellos de Jungkook, enredándolos, peinándolos, mientras el mencionado mordía su belfo, riendo cada vez que se separaban para tomar aire. Se respiraba el aroma de ambos, salino y afrutado, con el frescor del pino y la dulzura de la vainilla, proveniente de las feromonas de cada uno. Los labios de Jungkook se detuvieron, no queriendo llegar a más, y se escondió en el cuello del menor, dejando un último beso que alargó por la curvatura de unión al hombro, recorriendo el nombre tatuado sobre la piel ajena: "Jungkook".

---- Me haces cosquillas...----comentó Taehyung, riendo.

---- Shhh. No tan alto, vas a despertar a los niños.

---- Sí, ya. Tú lo que no quieres es darle el biberón de nuevo a Junghyun.----dijo el rubio, arrugando su nariz.

---- Sabes que me da cosa cuidar de bebés. No sé, son tan pequeños y frágiles...----observó momentáneamente a Taehyung, analizando los zafiros de sus ojos, atentos a sus palabras.---- Así como tú.

El aludido hizo una mueca bastante cómica, fingiendo ofenderse.

---- Yo no soy pequeño, ni frágil.

---- Pero sí eres mi bebé.

La expresión de Taehyung se dulcificó, y el menor hizo un puchero, inclinándose y besando casto los suaves labios de su compañero.

---- Te quiero, Jungkookie...----susurró, friccionando su nariz con la ajena.

---- Pues yo no...

---- ¿Eh?

Jungkook sonrió leve, alzando la mano para retirar los mechones que caían sobre la frente del chico.

---- Yo no te quiero... Yo te amo, mi amor.

"Te amo..."

"Yo más..."

"Te amo, bebé..."

"... Lo siento, pero ya no estoy enamorado de tí."

Taehyung despertó de golpe, gritando y llamando al mayor, con el corazón a mil. Su pecho dolía; aquel sueño, por un instante, se sintió tan real...

Miró a su alrededor. Estaba solo. En el lado vacío de la cama solamente se encontraba un charco de sangre, ocasionado por el rubio entre tos y tos. Taehyung sollozó, rompiendo en llanto y encogiéndose entre las sábanas, como niño pequeño. Porque resultó ser pequeño y frágil como un bebé, al fin y al cabo. Y se dejó fallecer entre sus pedazos rotos.

¿Qué ocurre cuando un alfa y un omega se enlazan? Que se destinan mutuamente a ser el amor verdadero del otro, su alma gemela. Pero si uno de ellos abandona a su pareja destinada, el vínculo queda pendiente de un hilo rojo, que bien se puede enredar, seguir o cortar. Y mientras uno avanza, el abandonado se hunde en el conocido Síndrome del Corazón Roto, cayendo en una profunda depresión, enfermándose hasta morir.

©Baby