CAPÍTULO 12: HAKUNA MATATA

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Mientras tanto, simba todavía seguía huyendo de las tierras del reino muy, pero muy lejos. Entonces, se detuvo en un desierto y se sintió exhausto. Luego, se desmayó en pleno sol y aparecieron un grupo de buitres carroñeros, que pensaron que simba estaba muerto y se lo querían comer. Enseguida, aparecieron dos animales: un suricato y un jabalí verrugoso, los cuales estaban viendo a los buitres que estaban por comerse a simba, y corrieron a salvarlo. Entonces, espantaron a los buitres gritándoles y dándoles patadas en el trasero, y ellos se fueron volando sin poder comerse a simba.

-mira, un león, ¿qué tal si lo conservamos?- le preguntó el jabalí al suricato, compadecido de simba.

-¿estás loco? Es un león. Los leones se comen a otros animales- exclamó el suricato, alterado.

-bueno, pero estoy seguro que podrá protegernos- repuso el jabalí.

-ok, acepto- se rindió el suricato.

Luego, llevaron a simba a un lugar lleno de sombra y, lanzándole agua en la cara, lo pudieron despertar rápidamente. El suricato era bajo y extremadamente delgado. Tenía cola puntiaguda y la piel marrón claro. Sus ojos eran verdes claro. El jabalí era de ojos celestes, más alto y su piel era de color rojo oscuro. Era más gordo y tenía cola larga.

-¿estás bien, chico?- preguntó el suricato.

-bien, eso creo- contestó simba, abriendo sus ojos.

-casi te mueres- dijo el jabalí.

-¿a dónde vas?- lo interrogó el suricato.

-a ningún lado- respondió simba, débilmente.

-¿y de dónde vienes?- le volvió a preguntar.

-¿qué más da? No puedo regresar- dijo simba, quedito.

-Ah, entonces, eres un fugitivo. Genial, como nosotros- exclamó el suricato, y luego se presentó- mi nombre es timón y él es mi amigo, pumba.

-repite con nosotros, chico: Hakuna Matata- enseñó pumba, el jabalí.

-¿qué significa eso?- preguntó simba

-significa: sin preocupaciones- explicó timón, el suricato- tienes que olvidar tu pasado y ver hacia el futuro sin preocupaciones. Sin reglas, sin pasado, sin futuro. ¿entiendes?

-¿vendrás con nosotros?- preguntó pumba, emocionado.

Simba, tras pensarlo muchas veces, tomó una decisión: aceptó unirse a ellos.

-está bien, Hakuna Matata- aceptó simba.

Entonces, pasó el tiempo y simba ya se fue adaptando a la fácil y buena vida de sus dos amigos, timón y pumba, y también se acostumbró a la dieta a base de insectos y raíces. También pasaron los años y simba pasó de ser un cachorro a un león adulto. ¡Ya se parecía mucho su padre! Ahora, simba ya estaba viviendo una vida muy felíz con sus amigos. Pero, a veces, cuando pensaba en su padre, se ponía triste. Y recordó las palabras que le había dicho cuando era un niño: "mira las estrellas, los grandes reyes del pasado nos observan desde el cielo". Después, tomó la decisión de enseñársela a timón y pumba.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2019 ⏰

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El Rey León: la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora