2 | Una Promesa

31. Solo un poco de felicidad temporal.

Desperté en mi habitación, al principio estaba algo asustada, pero después recordé la situación en la que me encontraba, ya había pasado 1 semana desde que llegué a México, y las cosas aún no cambiaban, a pesar de que por el día me sentía alegre, al llegar la oscuridad de la noche mis pensamientos abundaban mi mente y me hacían sentir tan abrumaba, al punto de que cada noche lloraba hasta quedarme dormida.

Y es que desde que pasó aquella situación, me hacía cada vez las mismas preguntas, ¿En qué falle? ¿Fuí poco para el? ¿No le di lo que merecía? Si, preguntas tan patéticas, pero simplemente no hallaba una razón, así que me di por vencida y me culpaba a mi misma de lo ocurrido, que tonta.

Eran aproximadamente las 3:40 de la tarde, el día se veía tan calmado a través del vidrio transparente de mi ventana, el sonido de las olas golpeando el mar me hacía sentir tan... Tranquila.

Opté por salir de mi habitación, y a pesar de no estar de humor, tome mis patines y fui un rato a patinar, esperando que mi amor al patinaje me trajera unos minutos de felicidad temporal.

Salí de aquella mansión que a pesar de ser muy grande y amueblada, se sentía muy solitaria.
Me dispuse a patinar tratando de no pensar, solo patinar, lo cual en este momento era algo difícil.
Empecé a bajar la velocidad porque algo llamó mi atención... El lugar donde chocamos por primera vez Matteo y yo, sonreí algo nostálgica.
Sin embargo, algo más tomo toda mi atención, un chico parecido a Matt... No, no podía ser el.
Aceleré mi paso y tropecé con alguien, sin embargo sólo voltee para disculparme, sin ver el rostro de aquel chico al que su voz me sonaba familiar. 
Intenté buscar al chico que se me asemejó a Matteo, pero no había nadie, algo en mi se sintió triste al ver que me había equivocado. Porque talvez me sentía algo traicionada, pero eso no quitaba el hecho de que lo necesitaba, necesitaba de su apoyo, necesitaba al chico fresa.

- Que decepción que no fueras tú... - comenté algo nostálgica mirando el suelo por un momento.

Algo se llevó mi atención, había un sobre en el piso, justo recordé que me había chocado con alguien, seguro se le cayó y no se dió cuenta.
Lo tome, y al ver para quien iba dirigido, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

- Destinatario, L-Luna Valente.

El sobre, ¿era para mi?