𝑩𝒖𝒕𝒕𝒆𝒓𝒇𝒍𝒚

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No pienses en nada.
No digas ni una sola palabra.

Habían pasado un par de meses desde su enfrentamiento con Kars.
Habían pasado un par de meses desde que se casó con Suzie Q.
Habían pasado un par de meses desde la muerte de su amado Caesar.
A pesar de que estuviese casado con la bella Suzie, Caesar aún habitaba en su corazón y muy difícilmente lo dejaría ir, principalmente porque no quería hacerlo.
A veces aún podía oír a Caesar llamarlo desde la lejanía, pero sabía que solo era producto de su imaginación.
A veces discutía consigo mismo y después volteaba para pedirle su opinión a Caesar, pero recordaba que él ya no estaba.
Su recuerdo era tortuoso. Lo extrañaba y lloraba por él todas las noches.
Extrañaba sus discusiones.
Extrañaba sus labios.
Extrañaba su olor a jabón.
Extrañaba esas marcas moradas que se encontraban debajo de sus ojos.
Lo extrañaba todo de él.
Se culpó en repetidas ocasiones por su muerte.
«Si tan solo no hubiera dicho esas palabras...»
«Si tan solo hubiera accedido a su plan desde el principio...»
«Si tan solo hubiera sido yo el que lo debía de haber seguido...»
No podía pensar en otra cosa que no fuese él, y ya no podía aguantarlo más.
Quería que todo fuese un sueño.
Quería despertar por la mañana y ver a Caesar a su lado.
Quería volver a verlo vivo.
No podía sacarse de la mente la imagen de esa enorme piedra aplastando el cuerpo del italiano, y le daba rabia. Rabia porque no pudieron enterrar su cuerpo como es debido. Rabia porque no pudo despedirse. Rabia porque lo último que escuchó Caesar de él fueron palabras hirientes.

Solo dame una sonrisa.

Caesar miraba el deplorable estado de Jospeh desde el cielo y no podía hacer nada para ayudarlo.
De vez en cuando lo llamaba para que no olvidara su voz, pero lo único que hacía era empeorarlo todo, por lo que decidió parar.
Caesar sabía que Jospeh necesitaba dejarlo ir, pero lo único que hacía era aferrarse a su recuerdo, lastimándolo de una manera que sobrepasaba los límites del dolor.
Quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien. Que tenía una esposa y que esperaban un bebé, pero sería inútil, Joseph ni siquiera sentiría sus brazos.
Joseph ya no tenía su típica sonrisa.
Joseph ya no era feliz.
Y Caesar se culpaba por ello.
«Si tan solo le hubiera hecho caso yo no habría muerto y él estaría feliz...»
Pero no podía cambiar el pasado.
Él entendía que todo pasaba por algo, pero no soportaba ver a un Joseph desolado.
Lo único que quería era que su amore volviera a sonreír.
Quería que volviera a ser feliz sin él a su lado.

No puedo creerlo.
Todo esto se siente como un sueño.

Se despertaba sobresaltado a medianoche.
Siempre tenía la misma pesadilla.
Siempre recreaba la forma en la que él pensaba que había muerto Caesar.
A su cuerpo ya no le quedaban fuerzas para seguir así.
Sentía como sus hombros y piernas le pesaban, haciendo que caminar se volviera verdaderamente difícil.
A veces se sentía en un sueño.
Seguía sin creer lo que había pasado, pero era real, tan real que le ardía el pecho de solo pensarlo.
«Ojalá hubiera sido todo un sueño...»
«Ojalá el italiano siguiera vivo...»
«Ojalá todo vuelva a ser como antes...»
Eran muchos deseos que nunca se podrían cumplir.

No intentes desaparecer.

Cada vez se preocupaba más por él.
Cada vez le daba miedo que su querido JoJo intentase caer dormido para siempre.
Siempre le veía con preocupación, y quería dejar de hacerlo.
Quería que él fuese el de antes.
Quería que fuese el mismo que por las mañana le daba un beso en la frente.
Quería que fuese el mismo que en los entrenamientos le soltaba una que otra sonrisa.
Quería que volviese a ser él, aunque su recuerdo tuviese que ser borrado de la mente del castaño.
Él solo quería que Joseph no desapareciese por su culpa.
Quería que Joseph viviese el resto de su vida feliz.
Quería que criase a su hija con una bonita sonrisa.
Quería que viviese muchos años más.

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𝑩𝒖𝒕𝒕𝒆𝒓𝒇𝒍𝒚 [𝑪𝒂𝒆𝑱𝒐𝒔𝒆] [𝑶𝒏𝒆-𝑺𝒉𝒐𝒕]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora