Ya había pasado una semana después de lo ocurrido, Arthur no había vuelto a pronunciar palabra alguna, se había vuelto un ser vacío, sin ganas de vivir nuevamente, o sentir alegría, estaba muy decaído, había saltado muchas reuniones importantes, ya en si, no había Arthur.
En el ambiente de Camelot, estaba pesado, últimamente habían muchos días nublados, los paisajes se veían tristes, ya no se escuchaba el dulce sonido de los animales y rachuelos de los bosques, estaba con un silencio fúnebre, parecía un lugar muerto,los aldeanos del reino, estaban muy preocupados por estos acontecimientos que se abecinaba, nada bueno iba a venir, sentían un sentimiento que les oprimía en la garganta, uno que conocían bien la ira y está no tendría piedad alguna.
Meliodas estaba en el centro del castillo con el a su lado Elizabeth, estaban frente a Merlin, quien sostenía un pergamino.
—¿que le hiciste a Arthur?-Su tono no era amigable, su mirada inspiraba desconfianza, frialdad y preocupación, nunca había visto a Arthur en ese estado tan lamentable, parecía un muerto, apenas respondía con palabras completas sin titubear o solo quedar en la nada.
—no es de tu incumbencia - parecía muy tranquila ante el gran enojo de sus contrarios.
— Merlín, Arthur no está bien-
— lo estará, dentro de poco se casará eso lo animará - dejo el pergamino que tenía en la mano en la mesa que estaba cerca de su lado, saliendo con una sonrisa engreída, y para quien la viera con un tono de maldad en esta
.
Meliodas estaba más que indignado ante las ideas de Merlin, Elizabeth estaba triste ante tal noticia, ella sabía de la relación secreta que tenía Arthur con Zeldris, no le gustaba para nada esto.
En las profundidades del castillo, de encontraba Merlin, con algunas posimas, libros, pergaminos, etc, y con ello un recipiente humano, algo malgastado por el tiempo, se podía ver una sonrisa en el rostro de ella.
— hora de levantarse, tienes que ir por el.
El cuerpo que estaba en el lugar lentamente se levantaba, con pequeños balanceos, acercándose a un mueble que en el había un vestido con delgadas telas, con mucho vuelo, poniéndose lo, tomándose el pelo en una trenza hacia el lado.
Ahí estaba, en frente de la mirada de la bruja,se encontraba Gelda, viva, o en si su alma presente, era aterrador y asombroso el cómo estaba aquí, viva nuevamente.
— ve a buscar a tu amado.
En los pastizales secos de las colinas, seguía en su dolor aquel demonio, quien miraba a la nada.
— Arthur, ya verás que nadie te alejará de mi....
Zeldris se levantó limpiándose un poco el pasto, mirando hacia al frente dónde se devisaba Camelot. Su furia hacia Camelot se podía apreciar en sus ojos, como odia la lealtad que tenía Arthur hacia ese estúpido reino, como podía?, Además de que esa bruja mal nacida se entrometia dónde no la llamaban.
Se escucharon pasos lentos cerca de Zeldris, este volteo con bastante molestia hacia atrás, preparado para atacar a quien se le acercase.
— así recibes a una vieja amiga, si que no cambias Zeldris.
Esa voz, la reconoceria en cualquier lado, no...
—t-tu...
Zeldris se acercó hacia la voz de la contraría,encontrando a su amada, su cara era un dilema de emociones, lágrimas gruesas estaban bajando por sus mejillas, este se acercó lentamente hacia Gelda elevando sus manos hacia el rostro de ella, estaba temblando.
ESTÁS LEYENDO
⿴̸ུ̳̃͢⃢ꦿཹ᜴̳͢⃟᭫𝙢𝙞 𝙥𝙚𝙦𝙪𝙚𝙣̃𝙤 𝙧𝙚𝙮
أدب الهواة𝙴𝚜𝚝𝚊́ 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊, 𝚎𝚜 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚌𝚒𝚊𝚕, 𝚖𝚊́𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚞́ 𝚙𝚒𝚎𝚗𝚜𝚊𝚜. 𝙴𝚖𝚙𝚒𝚎𝚣𝚊 𝚎𝚗 𝚕𝚊𝚜 𝚕𝚎𝚓𝚊𝚗𝚒𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊, 𝚍𝚘́𝚗𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚐𝚒𝚊 𝚜𝚞𝚛𝚌𝚊𝚋𝚊 𝚎𝚗 𝚕𝚊𝚜 𝚞́𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊𝚜 𝚏𝚛𝚘𝚗...