Number One

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6 am. Era la tercera vez que su despertador sonaba, abrumándola.

Llevó una almohada a su rostro, sin estar muy consciente aún de la realidad, como único propósito el seguir durmiendo.

Lanzó un quejido al oírlo sonar por cuarta vez, golpeándolo con la almohada para que se apagara.

-Maldita vida de adulto- se dijo sentándose al filo de la cama, mientras se rascaba los ojos, conteniendo un bostezo.

Buscó con pereza sus pantuflas, arrastrando los pies mientras se dirigía al baño.

Se dio una ducha rápida, para luego ir a desayunar lo que hubiera en la nevera.

-Comida recalentada, otra vez- se dijo mientras introducía unas galletas al microondas.

Se sentó en la mesa, mirando girar el alimento que giraba dentro del electrodoméstico.

En ocasiones, solía extrañar el desayuno que hacía su madre, fresco y recién salido del horno.

-Marinette, ahora eres una chica independiente, sólo tienes que aprender a cocinar...- expresó, al momento en que el pitido del microondas se hizo escuchar, avisando que la comida estaba lista para ser consumida.

Desayunó sin mucho afán, para luego volver a su habitación y colocarse el uniforme del trabajo.

Se maquilló levemente, cubriendo sus ojeras y ocultando su rostro un tanto pálido.

Tomó su bolso y sus llaves, verificando que estuviera llevando todo lo necesario.

-Peine, listo, un brillo labial por si las dudas, un cepillo de dientes, pasta dental, documentos personales, dinero...creo que tengo todo- se dijo, mirando su pequeño escritorio -Oh, ¿Cómo puedo estar olvidándome de ustedes?- se interrogó a sí misma, tomando su celular y sus auriculares. -Perfecto. Ahora sí.

******

La azabache llegó con prisa a la empresa, yendo rápidamente a dejar constancia de su hora de entrada para luego ir a encerrarse en su oficina.

En el camino saludó a otros empleados más de la empresa con quienes no compartía más que un "buenos días" o un "buenas tardes". Era algo cotidiano, aburrido, pero de poca importancia, al menos para ella.

Lo primero que vio fue un montón de papeles sobre su escritorio. Al parecer, el secretario se lo había traído en su ausencia, lo cual ya era algo normal.

Desde que ella se enteró de sus sentimientos hacia su persona, él se había sentido apenado estando cerca de ella. No lo había rechazado de una cruel manera, ni mucho menos lo había humillado. Simplemente le había dicho que no se hiciera ilusiones ya que ella lo trataba bien de manera profesional, no buscando ningún otro tipo de relación.

En parte la afectaba, era el empleado con quien más solía compartir y el más cercano a ella. Pero, si ese era su decisión, ella lo respetaba y lo entendía.

-Y bueno. Empecemos.

******

Ya se hacía bastante tarde, y eso era evidente al ver ocultarse poco a poco el sol.

Marinette seguía trabajando, a pesar de haber pasado una hora de lo que era su jornada laboral. No era la primera vez, puesto que trabajar en el área de auditoría de las finanzas era un largo trabajo que requería más tiempo de lo establecido, a veces.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2019 ⏰

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Número Equivocado [AU ADRINETTE] [MIRACULOUS LADYBUG FANFICTION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora