❛Capítulo 7❜

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—¡Achú! —Estornudó, limpiándose con un pañuelo que la mayor le brindaba cada tanto

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—¡Achú! —Estornudó, limpiándose con un pañuelo que la mayor le brindaba cada tanto.

—Creo que iré a prepararte una sopa, Rosé, estás peor que en la mañana.

—Sólo es un resfriado.

—Espero que tengas solo eso. —Dice Manoban tocando su frente para medirle la temperatura. —Si empeora aún más llamaré a tu hermano te guste o no.

—¡Pero-!

—Sin peros, Rosé, no voy a dejarte morir. Si me disculpas, espero que te gusten las verduras. —Se levanta dejando de hundir la cama y saliendo de la habitación que compartían.

Quizás el día anterior Rosanne no debió haber salido todo el día casi sin abrigo. Ahora pagaba las consecuencias amaneciendo de la peor manera.

Prendió la televisión buscando algo con lo que entretenerse hasta que Lalisa llegara con su sopa y esperaba que hiciera milagros. Finalmente después de unos minutos entretenida con una película de comedia que había encontrado, Lisa apareció con una bandeja, estaba la sopa, una cuchara y un vaso de agua.

—Gracias, Liss, te amo mucho. —Le sonrió aceptando la bandeja apoyándola en sus piernas por arriba de las sábanas.

—También te amo. —Sonrío rodeando al otro extremo de la cama para sentarse. —Tae no me responde las llamadas ni mensajes.

—Hoy hace turno completo hasta las siete y media, se la pasará en el hospital y debe estar ocupado como para responderte.

—Entonces te llevaré a donde trabaje, luego de que comas y te heches una siesta, depende de cómo te levantes. —Habla acostándose a su lado mientras se unía a ver aquella película.

Poco después Rosanne terminó su comida dejando las cosas en la mesita de luz a un lado de ella. Se acercó al cuerpo dormido de su novia y la abrazó haciéndole compañía en la siesta diurna, esperando encontrarse mejor al despertar.

Los minutos pasaron volviéndose horas, hasta que finalmente los ojos de la rubia fueron despegandose y un gran bostezo salió de sus labios. No quería despertar a su pareja pero debía ver qué hora era y llevarla a el hospital.

Estiró su mano tomando el celular que reposaba en su mesa de noche y lo prendió viendo que ya eran las seis de la tarde, debían ir ahora para llegar bien al horario de cenar.

—Rosé, —sacudió un poco, —Rosé. —Volvió a llamar.

—¿Mh? —Pronunció simplemente abrazando más fuerte su torso.

—Vamos, voy a llevarte a lo de Tae. —Sin más, se levantó de la cama rodeándola para ir al espejo y arreglar sus cabellos, cambiada ya se encontraba asique no hacía falta. Buscó su cartera guardando su billetera y teléfono, ante cualquier situación, y las llaves de la casa.

Fracaso [Chaelisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora