Seokjin no era del tipo de hombre que tenía relaciones largas y formales, por lo general lo suyo era satisfacer sus necesidades básicas como ser humano -esto según la pirámide de necesidades de Maslow, él no se inventaba nada-. Pero al parecer a las personas de aquel pueblito no les hacía gracia alguna; no podía siquiera ir a uno de esos bares de la plaza porque los chismes al verle allí con un vaso de Tequila se esparcían más rápido que el viento; él seguía siendo el doctor foráneo que corrompía a las personas, vaya nombre le habían dado; llevaba alrededor de un mes dando su servicio y ya tenía una mala reputación desde que una viejecilla le vió besarse en una callejuela con una señorita jóven y guapa en plena luna creciente.
Se frotó el rostro con ambas manos al revisar la hora en el viejo reloj de pared de aquel consultorio. Aún faltaban 15 minutos para que su turno terminase, solo quería llegar a casa y darse una larga ducha para después irse a la cama y dormir como un oso. La semana había sido pesada con la llegada del invierno, muchas personas estaban enfermando y él no podía solo con tanto trabajo, si bien la población de aquel lugar era mínima, el trabajo era solo para él, la única que le ayudaba con los papeleos era la señora Jung, una señora de mayor edad y de actitud optimista. Demasiado optimista para su propio gusto.
— Doctor, Kim —llamó la voz suave de la señora, Seokjin enfocó la mirada en la cara arrugada de su asistente y le regaló una pequeña sonrisa.
— ¿Qué sucede?
—Hay un joven aquí afuera que solicita verlo —informó ella con una mirada preocupada. Seokjin meditó un poco lo dicho por su asistente, ¿Un joven?
— ¿Le ha dicho el nombre? — la señora Jung asintió levemente antes de decir:
— Kim Namjoon, así se ha reconocido él —Seokjin sintió su pulso arder, ¿Cómo demonios había dado con él? Se suponía que se había ido de Seúl solo para quitarse de encima a aquel joven y apuesto muchacho que casi hace que la policía lo llevara preso, ¿Por qué tenía que volver a buscarlo? Se tocó el puente de la nariz, no valía la pena esconderse, aquel joven era como un sanguijuela. Lo pensó un rato bajo la atenta mirada de la señora Jung. Entre más pronto le diera la cara más pronto se iría el menor.
— Ya es hora de salir, puede irse y deje que pase, es conocido mío —dijo guardando expedientes en uno de los cajones.
— Está bien, que tenga una bonita tarde, doctor —se despidió ella con una cálida sonrisa.
— Le deseo lo mismo, Yong Rim —la señora salió de allí, dejándolo solo y nervioso.
Seokjin se preparó mentalmente para lo que venía. Pasaron algunos segundos antes de que aquel moreno entrara eufórico a su consultorio.
— ¡Papi! —fue lo primero que salió de sus labios yendo directo a abrazar el cuello del mayor.
Seokjin se tensó ante el tacto, sin ser tomado en cuenta. Namjoon se sentó sobre sus piernas.
— ¿Me extrañaste, papi? Porque yo sí lo hice —dijo enredando los brazos en el cuello de Seokjin dejando un mínimo espacio entre ambos rostros.
La expresión de Jin permaneció plana, en blanco, como si no quisiese demostrar el nerviosismo que estaba sintiendo, y es que de hecho, estaba ocultándolo.
— ¿Qué haces aquí? ¿No fue suficiente el regaño de tu padre la última vez? —el castaño casi atravesó el alma de Namjoon con aquella mirada.
— Dios, sabes que no. Digamos que he dejado la casa de mis padres para venir a buscarte —confesó con un tono astuto, su manos esta vez bajaban por los anchos hombros del doctor pero Seokjin sostuvo sus muñecas para evitar que siguiera tocando ahí, no podía permitir ser seducido una vez más por él.
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decisión ➥jinnam; os.✧
Fanfiction« seokjin suele ser un hombre de hielo; namjoon quiere a un hombre perfecto que lo ame plenamente. seokjin no encaja para nada en el estándar de hombre perfecto para namjoon, sin embargo, se ha enamorado perdidamente de él » ⌧ jinnam os. ⌧ sk: top;...