El Miclan

¿donde estoy?

¿los ojos son la ventana al alma?

esa pregunta siempre a rondado mi mente por varios años, los ojos solo son un órgano mas que tiene el cuerpo humano y su función si me lo preguntan es para poder ver el entorno, pero ¿Por qué me facina tanto saber más sobre ellos? Tal ves me gusta el color que muestran o la forma que se mezclan con los rasgos del rostro humano, los colores que se crean para cada par de ojos son únicos y radiantes, la mayoría son de un color café o negro con tonos azul en lo personal para mi esos tonos son simples, comunes pero...cuando un nuevo color sale como el  azul claro, verde, rojo o en casos extraños pero fascinantes el violeta, siempre me han cautivado los humanos tienen algo que no puedo expresar con palabras y lo único que puedo hacer es contemplar sus cuerpos cada ves que llegan a este lugar.

-Sara-

-¿Carol?- la voz apenada de mi hermana logro que mi vista se fijará en ella, mis manos con cuidado se alejaron del cuerpo que tenía sobre la mesa dejando el bisturí aún lado de este acercándome a ella quitando los guantes de hule

-¿Qué sucede?-

-algo paso- exclamo mi contraria con nerviosismo, sus ojos se veían irritados, cristalinos, como si algo la atormentará

Ambas corrimos con rapidez por las escaleras saliendo del sótano pasando la cocina quedando en medio de la sala de estar paramos por el cansancio regularizando nuestra respiración un silencio se creo entre nosotras pero no era nada incómodo era más bien tranquilo, un silencio pasajero, trague saliva con fuerza retomando mi respiración de antes cuando de repente un sonido en la puerta principal rompió el silencio, Carol y yo nos miramos unos segundos mi cuerpo como si alguien más lo controlará se acercó a la gran puerta de madera tomando la perilla girando está abriendo creando un rechinido dejando ver a la persona que había logrado después de varios  siglos pasar la barrera

-¿Me extrañaron...hermanas?-