El hervor gritaba en sus tímpanos mientras la esencia abrazaba su ser desconociendo al tiempo. Sus ojos se nublaron y la diluian como el vapor cuando estallan bajo sus pisadas los restos de una taza. Ahogó un grito electrificando cada recóndita célula de su esbelto y cansado cuerpo, mandando a la tetera a dormir.
Parecía que el alrededor del medidor lo cubieron de pegamento. Sus ojos brincaban del celular a la puerta en bucle, su respiración bailaba entre sus labios y su nariz apenas con un ápice de sonido; dejando sus labios más secos que la piel más curtida por jabones y navajas de afeitar. El silencio arrebató las riendas de su vitalidad por unos instantes y estalla hacía sus adentros, helando el bombeo de su corazón cuando una luz blanca que sin miramientos espía a través de sus cortinas, recorriendo la sala en busca de algo: buscándola.
En un momento de lucidez, volvió su atención al desastre bajo sus pies, y aun en un hecho como este se debatía si limpiarlo o no. Cerró las puertas del armario de limpieza entre quejidos, debido a las yagas que dejaron las esquirlas torpemente tratadas, y trotó hacia la puerta mientras volvían a timbrar abriendo en el acto.
-Gracias, muchas gracias por venir -dirige al hombre quien con un timbre formal menos frío de lo usual en su empleo rectifica:
-Masha Moore, ¿verdad?
-Sí, Oficial... -se pausa mientras busca su placa con cual identificarlo pero cuando este descubre dicha presentación, asoma su Glock .40-23 enfundada tras el saco- Andrea Sánchez, como sabe, investigador privado.
-¿"Como sé"?
-¿Disculpe?
-Ah, no es nada, disculpe, solo pensaba en voz alta... -mentía más que sincerar mientras él fruncía el entrecejo; y traga su inexistente saliva aceptando inútil mentir- Realmente... Quien lo sabía- sabe... Es Jean -aprieta sus labios- A-Antes de colgar mencionó que no llamara a nadie más que a usted.
Sosteniendo la puerta por detrás, saca de su bolsillo una tarjeta blanca a la que ansiosamente doblaron una de sus esquinas, resbalándosele un par de veces, se la entrega. Él lo observa peculiarmente, desconociendo que la acción intrigara a la joven.
-¿Se la dio? -en vilo sostenía su mirada al hombre que parpadeaba repetidamente y ahora se la sostenía a ella.
-Disculpe ¿Qué?
-Qué si usted... Si usted conoce a Jean, para haber tenido su tarjeta, supongo que se la haya dado ya que no corresponde recomendaciones ajenas...
El hombre plantó más sus pies mientras carraspeaba.
-Jean le comentó de mi contacto, pero, aparentemente del porqué no -exhala.
-Podría suponer pero por favor -súplica- ambos tienen alguna conexión y muy probablemente se correlacione a su desaparición.
-Quizá, pero necesitaré entrar para indagar más al respecto de las ultimas semanas y de la llamada entre ambos.
Guió al investigador a la sala e invitó a sentarse mientras servía té.
-Gracias -toma un sorbo- ¿lo preparó recién lo sucedido?
-No... -toma asiento enjaulando entre sus manos la taza- Es una infusión que acostumbro hacer, cuando mis plantas estuvieron listas y lo preparé por primera vez, Jean, a cada tanto me lo pedía tras volver de la universidad tal que desde entonces se volvió nuestra infusión diaria...
Sentada paralelamente, resguardaba la taza con un hilo melancólico ilusionándose con el recuerdo en aquél reflejo ámbar, como una película, enterneciendo una sonrisa y estimulando al hombre a compadecerla aún más.

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Skaduwee || Leyenda corta
Детектив / Триллер"Al rededor mío, al rededor mío, al rededor mío pero nadie los ve. Al rabillo de mis ojos, tras, al frente, cerrados y abiertos. Recargándose a mis espaldas, sentado, pisando, caminando y comiendo. Murmurando, gritando, silbando y cantando. Al reded...