El pecado.
Eso que nos hace sentir poderoso pero a la vez tan lejanos de la verdad, hacer lo desagradable delante de aquellos ojos que nos mira con amor. Cuando estamos enamorados de Jesús estamos muy emocionados por aquella cita con él, venimos con una pasión inquebrantable, sintiéndose capaz de todo, pero resultas débil en la prueba y es por esto,
Por el pecado que nos consume.
Luego de nuestro primer amor viene la segunda etapa de nuestro amor por Dios.
El padecer por su nombre.
A veces la inconstancia viene por eso, porque creemos que nuestras acciones quedarán dispersas, sin hacer ningún ruido. Lo que desagrada a Dios siempre se hará notorio, mis caminos y días inconstante algunos son provocados por acciones donde sé que estoy haciendo algo de necio y aun lo sigo practicando. Otros son ataques que la guerra te proporciona para fortalecerte.
Una anécdota en el diario de la inconstante.
Hoy sumergida en aquel pecado que duré meses batallando, volvió. Tan silencioso, Mi mente fue consumida por esos pensamientos de hacer cosas de necios, aun desagradando al que amo. Aun conociendo mi acto de impía, seguí practicándolo hasta que ví su amor, eso fue suficiente como para decir, esto no vale la pena. A veces perdemos todo por acciones intencionalmente torpes, por esa satisfacción tan diminuta.
Es posible que nuestra mente prefiera un minuto de placer, que una corona que te lleva a la vida eterna, muchas veces supe de esos placeres que no sacian, pero de alguna forma esos placeres llegan a tu vida, en momentos donde la inconstancia te abraza.
termino este día con esta pregunta en mi mente.
¿Seguirás sumergida en aquel fuego que desgasta tu vida?
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El diario de una inconstante.
SpiritualSiempre llega ese momento donde deja de llover dentro de ti, deja de ser una tormenta, dejas de ser una esclava de temores, dejas liberar tu mente, porque entiendes que el destino no cambia, los caminos... Seguirán siendo caminos, con sus maravillos...