【𝘿𝙚𝙛𝙞𝙣𝙞𝙩𝙞𝙫𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙩𝙚 𝙨𝙖𝙡𝙫𝙖𝙧é】[Rengoku Kyojuro]

"Frío invierno"

Omnisciente

La temperatura comenzaba a descender cada vez que sus pies daban un paso hacia el inclinado camino, hasta donde llegaría aquel ser que hasta sus recuerdos perdió. . . aquel ser que siente que ha fracasado en algo sin saber que es realmente. 

Para Ritsuko, pronto el sol saldría y ella debía preparar todo para su descanso. Ella se aseguró de tener un lugar en donde nada pudiera dañarla, en donde nadie saliera herido y no era nada más que entrar a aquella zona descuidada de los seres humanos y demonios. 

A aquel lugar en donde su mente perturbada encontraría paz. 

"Glicinas. . ." Recuerda muy bien esos árboles y el hermoso brillo que tiene bajo la luz lunar, pero le parecía extraño que hallara un árbol cerca de su cueva. O será que huyó sin tener el sentido de orientación. 

"No importa, arriba de este monte hay una cueva junto a una enorme piedra" Y sin más continuó su solitario camino hacia su nuevo "hogar"

Al momento de llegar a aquel silencioso y oscuro lugar, dejó caer las ramas con hojas que recogió en el trayecto y comenzó a colocarlas como si de una cama se tratase y lentamente las acomodó en un nido. Ritsuko asintió con satisfacción una vez terminado su trabajo y ahora se dedico a colocar la pesada roca que cubriera la entrada a cualquier cosa, y si era algo parecido a un demonio o ese "Douma" Colocaría una rama de glicina. 

Al parecer no tenía nada de efecto en ella, pero a los demás por una extraña razón les disgustaba. Eso era mejor. 

"Solamente debo concentrarme en dormir... solo dormir un rato" Había pasado días desde que probó grotescamente sangre del animal, pero la sensación había quedado en su boca, pero ella se negaba a lastimar a alguien, tampoco tiene dinero para comprarla como la amable Tamayo-san, y tampoco quería ser una carga para ella. 

Su cuerpo cada vez estaba más fatigado y el sueño fue lo único que se le ocurrió para aliviar esa falta de energía, la poca que le sobraba. . . 

Finalmente, su mente encontró aquella paz, aquella tranquilidad. Había caído en los brazos de morfeo, su suave respiración no resonaba entre las paredes de piedra.