Lips // OS // YoonMin

Único

JiMin tenia tan solo 10 años cuando vio a ese chico de piel palida y cabello tan negro como la noche, unos ojos peculiarmente felinos y oscuros. Ese chico tan pálido que era casi imposible creer que viviera a la orilla de la playa. Ese chico que siempre vestia de negro y al que nadie se le acercaba porque daba miedo.

Pero JiMin no era un niño que se dejara llevar por las apariencias y comentarios de sus compañeros. Su madre siempre le había dicho "Jiminie, no hay que juzgar un libro por su portada" y solo por eso decidió ignorar los comentarios y advertencias acerca de ese chico bonito que siempre le robaba pequeños suspiros con sólo una pequeña sonrisa, porque lo que mas le gustaba de él eran sus labios finos y rosados.

No había día en el que Park no se sentará en la cafetería a dos mesas de la que el mayor usaba habitualmente. JiMin le gustaba verlo comer y reír en compañía del chico de cabello rojo y sonrisa extremadamente alegre. En su cabecita se mantenía incrustaba la pregunta que todos se hacían "¿Cómo un joven tan sonriente como Jung Hoseok era amigo de Min Yoongi?" La pregunta habitual que los jóvenes se hacían al ver ese dúo "extraño " a la vista de cualquiera.

"¿Cómo era posible que siquiera se hablaran siendo tan diferentes?" Eso y muchas más cosas se escuchaban en la cafetería y pasillos.

Lo que no sabían es que ambos chicos se conocían desde que usaban pañales y no hacían más que llorar, comer y dormir, la perfecta vida de un bebé.

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La alarma hizo su presencia entonando so hot de wonder girl's una de las agrupaciones favoritas del peli-rosado, él creía que poner una canción favorita como alarma haría las mañanas de clases más entretenida. Lo fue la primera semana, hasta que empezó odiar la canción.

Un golpe perfecto al botón de la alarma y su canción odiada actualmente dejo de sonar. Tras estirar sus extremidades, se colocó las pantuflas de conejito – Regalo de su madre por su cumpleaños – y se dispuso hacer su rutina diaria.

Hoy seria el día en que hablaría con el ser que le hace imaginarse cosas en las noches y soltar suspiros en las mañanas, la razón de estar en las nubes en la mitad de la clase y la razón de sus sonrojos cuando casualmente conectaban sus miradas por breves segundos que para el menor eran los más preciados.

Se arregló lo mejor posible para el chico de sus sueños y pintó con sombras sus ojos, pintó suavemente sus labios y agarrando su bolso bajó a tomar el desayuno en compañía de su madre.

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Park estaba emocionado, Jung Hoseok prometió ayudarlo a estar con ellos un rato y dejarlos solos dando como excusa algún pedido del profesor de educación física.

El peli-rosado era guiado por el de brillante sonrisa a la mesa del pálido quien ya se encontraba ahí viendo desinteresadamente su teléfono. La única razón para estar ahí era Hoseok, su mejor amigo y el chico peli-rosado de bonita figura e inocente rostro. Lo que no se esperaba era tenerlo en frente con la compañia de su mejor amigo.

— YoonGi hyung, él es Park JiMin — Presentó al tímido chico quien no dejaba de mirar las facciones del azabache fascinado por lo hermoso que se veía de cerca — Mi compañero de baile en el taller — Terminó dando un disimulado empujoncito a Park para que tomara asiento.

El peli-rosado tomó asiento al costado del más sonriente de los tres quedando enfrente de su amor — Un gusto, YoonGi hyung — Saludó con un eyesmile dirigido únicamente al de mirada felina.