Taehyung no esperaba enamorarse de un chico que vive más allá del bosque, en la ciudad del humo, un lugar prohibido para la gente de su mundo. Si bien, Taehyung sabe mentir y es capaz de encubrir sus travesuras una y otra vez.
Pero, ¿y si no fuera e...
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--Entonces, ¿quieres que haga de niñera? ¿ese es el plan? --pregunta Yoongi, visiblemente molesto con la idea. --Hyungie... --Te has metido en esto tú solito --dice, sin levantar la vista de su teléfono. --A mí no me hará caso, Yoongi hyung, pero si tú estás ahí, no tendrá más remedio que abandonar su propósito. ¿De verdad vamos a dejar que Park Jimin marche solo hacia la Vaporera después de un acto tan abarrotado de gente? --insiste Taehyung, abogando por la responsabilidad del otro. Yoongi gruñe algo ininteligible y cuando levanta la vista de la pantalla, Taehyung lo está mirando dulcemente por debajo de las pestañas. Imposible negarle nada. --Te tengo consentido. Lo sabes, ¿verdad? Taehyung se le tira encima y le da un fuerte abrazo como respuesta, que el otro rechaza como si no apreciara cada una de sus muestras de afecto--. Vale, pero iremos con Namjoon --añade--. Puede que necesite refuerzos y no quiero ser el único cómplice de la caída de la nación. --Hecho.
Por una vez, Taehyung decide hacer caso a Yaza cuando esta le sugiere que tome algo para los nervios, pues que esté dispuesto a impedir que Jimin se escape a la Vaporera no significa que él tenga que hacer lo mismo. De hecho, tiene muy claro que esa noche no va a pasarla bajo los neones brillantes de Ilsam Town. Lo sabe por la ristra de telegramas que guarda en el bolsillo interior de su chaqueta de nylon cuyas palabras ha grabado una a una en su cabeza.
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El acto protocolario incluye la inauguración de un centro recreativo con servicios de red de máxima velocidad totalmente gratuitos para la ciudadanía y otros aburridos asuntos a los que nadie está prestando atención, en especial Jimin, que se limita a sonreír y a asentir como una marioneta de trapo. -- Se le ve en la cara lo mucho que odia hacer esto --apunta Yoongi, desde las últimas filas de curiosos que se han concentrado para ver a su heredero. Taehyung no contesta porque anda pensando en los telegramas que ha compartido con Seokjin.
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Se escuchan vítores a la nación y mensajes de apoyo hacia Park Jimin que responde amablemente aunque con sonrisas forzadas que no pueden engañar a sus amigos. -- Se alegrará de saber que estamos aquí esperando por él para ir a cenar --afirma Namjoon, que no conoce las verdaderas razones de los otros dos. --Podemos ir al restaurante del otro día. La comida estaba buena y era tranquilo. --¿Al Ossu Seiromushi? Yoongi asiente. --Vale, perfecto. Te encantará, Tae, ya verás --concluye Namjoon, pero Taehyung no le está escuchando.
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Namjoon continúa a lo suyo y manda un mensaje de texto a Jimin avisándole de sus planes, que, desde el centro de la plaza, sonríe genuinamente al leer de soslayo la notificación en su smart watch. Y no le hace falta pensar demasiado para caer en la cuenta de que la presencia de los hyungs sólo puede ser una treta de Taehyung para evitar su escapada de esa noche. --Qué listo eres, Taetae --masculla entre dientes, buscando a sus amigos entre el público.
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De repente, el micro deja de funcionar ante el desconcierto del regidor de turno que estaba hablando en ese momento. Y antes de que tengan tiempo de solucionar el problema, los neones de los edificios colindantes comienzan a apagarse de uno en uno hasta que la plaza queda sumida en la oscuridad más absoluta. La gente deja ir gritos de desconcierto y se dispersa sin orden alguno, mientras los organizadores tratan de mantener la calma entre el gentío. Namjoon utiliza su celular para alumbrar y aparta con mucho acierto a sus dos amigos del camino de la muchedumbre. --¿Qué está pasando? --pregunta Yoon. --Ni idea --dice el otro, redactando un escueto mensaje para Jimin, que no tarda en contestar de vuelta. --Parece que es un fallo en la estación generadora del distrito --dice Namjoon, traspasando la información que el otro le ha mensajeado. --Demasiada casualidad... --Dice que nos encontremos con él en el callejón de la parte de atrás del edificio. Que tiene un coche esperando en la puerta para sacarlo de aquí. --Genial. A veces no viene nada mal ser amigo de gente con contactos, ¿verdad? -- se alegra Yoon. --Supongo... --dice su amigo, rascándose la cabeza. Y entonces se vuelve buscando al más joven entre las sombras --. ¿Taetae? ¿Pero dónde se ha metido? --resopla indignado al comprobar que Taehyung no está junto a ellos. Si bien, no intuye que Yoongi sí puede imaginar por qué Taehyung ha corrido a escabullirse entre la confusión del momento.
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