Capítulo II 001

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~punto de vista, Alexander~

–Muy bien, ya debemos empezar– dije agarrando un paño con coloformo, para poder dormir al niño.

–¿Como era qué se llamaba? –preguntó Mack, yo como respuesta golpeé su nuca.

–Idiota, se llama Marco, su madre se llama Abby y su padre Nelson, debemos ir de camino a la casa, el padre justo en este momento salió - mire mi reloj comprobando si estaba en lo correcto –si, ya salió.

Fui de camino a la puerta de la cabaña y mi primo me agarro el brazo.

–¿Qué pasa idiota? No podemos perder tiempo, todo esta calculado.

Él no parecía estar seguro.

–Tengo miedo ¿y si algo sale mal? –dijo jugando con sus dedos mientras va caminando hacia la camioneta.

Al entrar en el carro, arranque y fuimos de camino a la casa de los William's.

–Tranquilo –dije mientras agarraba su hombro –es nuestro primer secuestro, tranquilo, después abran más.

Después todo el viaje fue en un silencio, no se, creo que no había ningún tipo de sentimiento en ese silencio.

Al llegar, bajamos del carro y nos sentamos en unas bancas que estaban cerca de su casa a esperar un poco para ver el momento de entrar.

–Ya sabes, debo llamarte cada media hora, si hay un inconveniente, no te voy a llamar, eso significa que debes matar al niño, ¿entendiste?

Acertó con la cabeza, cuando vi que la madre estaba en la sala, encontré el momento para entrar.

–Vamos –le dije golpeando su espalda.

Fuimos al patio para abrir la puerta trasera que llevaba al baño, abrimos la puerta suavemente y nos dirigimos rápidamente al cuarto del niño. Cuando estaba distraído, saqué el paño y se lo coloque en la boca rápidamente mientras cargaba al niño para llevarlo a la camioneta.

Pero Mack se quedó atrás.

Cuando vi que se quedó atrás, Dios, por poco y no lo ahorcaba. Pero el niño no se paraba de mover.

Fui rápidamente donde Mack.

–¿¡Qué haces!? –dije susurrando.

–Estoy buscando un juguete –dijo mientras agarraba un peluche de un súper héroe.

–¿¡Por qué!? –dije mientras me dirigía a la salida.

–Porque los niños se sienten más calmados cuando tienen un juguete de su casa –dijo mientras agarraba un carro y corría a la salida –lo leí en una revista– me comento.

Ok, no quería saber tanto.

–Aja, toma– dije mientras le entregaba al niño –lo llevas rápidamente, te llamo en media hora– decía mientras empujaba su pesado y gran cuerpo a la puerta trasera.

–Buena suerte –me dijo mientras salía corriendo a la camioneta.

[Ok, ya viene tu parte] pensé.

–Buenas, buenas señora William's –dije mientras posaba mi hombro en el marco de la puerta.

Ella me miró con temor.

Pobrecita, perdió a su hijo.

–¿Q-Quién eres? –dijo con la voz temblorosa.

–Bueno, estoy aquí, porque me llevé a tu hijo, a un paseo –dije riendo.

Ups, se altero mucho.

Podía ver, como sus ojos se llenaban de lágrimas, como temblaba del miedo sin saber lo que estaba pasando.

La señora se levantó y se me acercó a dónde yo estaba.

–¿Te llevaste a Marco? –dijo mientras cerraba sus puños por la rabia.

–Si, bueno, mi primo se lo llevo, a una casa, linda acogedora –dije mientras acariciaba su brazo con mis dedos y poniendo detrás de ella, para susurrarle –muy, muy, lejos de aquí–.

En ese momento, ella golpeó mi costilla con su codo y salió corriendo al cuarto de Marco.

–¡Marco! ¡Marco! –gritaba ella, mientras golpeaba la puerta del cuarto para entrar.

Mientras ella hacía su escándalo, decidí mirar la casa. Era bonita, muy moderna, con razón su esposo es un arquitecto reconocido.

Miraba los retratos, las fotos de su familia. Tan unida. Si yo tuviera eso.

Ese pensamiento me hizo tirar la foto.

De repente sentí algo que me miraba, y me encontré con la señora, con un bate de béisbol. ¿Será que se piensa defender con eso? Típico.

–¿¡Qué hiciste con Marco, dónde está!? –grito con la voz temblorosa y ronca. Era sexy, eso me excitaba.

–Ok, tranquila, te voy a explicar las reglas –saque el teléfono de mi bolsillo –este teléfono, va a mantener a tu hijo con vida, si me haces algo, y no puedo llamar a mi primo, cada media hora, Marco muere, pero, si no haces nada, te quedas tranquila y dejas que llame a Mack, a Marco no le pasará nada, esto solo será por 24 horas, después te lo devolveremos— dije mientras guardaba el teléfono –¡Pero! Con una condición, si llamas a la policía, al FBI, o algo parecido, mataremos a Marco, porque, ya sabemos donde vives, no importa si te vas del estado, del país, de donde sea, de alguna forma, mataremos a Mack, así que–.

Me acerque hacía unos cables de conexión a Internet, o señal, y los arranque, para que no pueda llamar a nadie o enviar mensajes.

–No puedes hacer nada– fue lo último que dije.

Ella lo único que hizo fue llorar, dejó el bate de béisbol a un lado, se sentó en la silla más cercana y empezó a llorar.

–Vamos Abby, no te pongas así –me acercó y juego con su cabello enredado –igualmente, me debes pagar 250.000 dolares, querida.

–Y-Y ¿por qué no te los paso, y ya? –dijo tartamudeando.

–Porque, si lo haces, el FBI va a pensar que te paso algo y le estas pasando esa cantidad a alguien como yo, es decir, que se lo debes pasar a mi esposa, porque ella va a conocer a tu esposo –dije sonriendo.

Ella solo suspiro y dijo.

–Ok, esta bien –dijo mientras suspiraba y tapaba su cara con sus manos para limpiar sus lágrimas.

–Pero–dije y acerque mi boca a su oído –también me debes pagar de una forma, excitante.

Dije lamiendo su oreja y caminar hacia la cocina a llamar a mi primo.

Esto va a ser emocionante.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2019 ⏰

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