Mis manos congeladas rozaron con las suyas como plumas sobre oro.
No podía sentir mi corazón latir a su lado, nunca pude hacerlo y menos lo haré ahora que los cinco centímetros que nos separaban se terminaron por acortar.
-¿Tienes frío?- Dijo Jungkook suavemente.
-No tanto ahora.- Susurré.
Su suave risa lleno mis tímpanos en segundos pasajeros.
-Deberíamos ir por un café.
-Un chocolate caliente suena mejor.
Sol de nuevo.
Caminamos de la mano lentamente por las poco concurridas calles de seúl, en pasitos pequeños buscando la demora del reloj que nos perseguía.
La calidez de su mano en este frío diciembre jamás me hizo tanta falta, y podría jurar que lo daría todo porque cada mes del año fuera así.
A lo largo del tiempo, siempre le he temido a la soledad a causa de no tenerlo a él a mi lado. Y la importancia de mis palabras se pierde en su voz.
Soñé por tantos años con mi propio cuento de hadas en este mundo marchito, que ni siquiera pestañee y aquí es está.
-Podríamos ir allá.- Dijo mientras me apuntaba una pequeña cafetería.
Asentí y él me besó la mejilla.
Mi mundo se pintó de color en dos segundos, y la tierra se detuvo con suavidad y calma, tal como mi alma que se desplegaba por mi cuerpo inmóvil.
-Eres precioso Jimin.
Un sueño, mi cuento de hadas es real.
Caminamos hasta la cafetería he hicimos nuestros pedidos en conjunto, como una pareja.
Cuando estuvimos sentados frente a frente, con nuestros pedidos en la mano pude darme cuenta de mis segundos de silencio, consecuentes a su atenta mirada hacia mi.
-Aún no me lo puedo creer.- Susurré un poco nervioso.
Y es que me sentía en las nubes, el amor siempre me puso así.
La presencia de Jungkook en mis grises días siempre se sintió como el cielo, y nunca me imaginé que fuera así para él también.
-¿Qué cosa?
-Esto.- Le tomé la mano.
No, el calor de su risa es incomparable a cualquier tipo de fuego que pude sentir a lo largo de mi vida, el marrón de sus ojos el chocolate en mi corazón.
-No te rías.- Dije en el tono más infantil que pude haber creado.- ¿Qué no ves que me da vergüenza?
-Oh, ¿al pequeño le da vergüenza?- Soltó mientras agarraba la punta de mi fría nariz suavemente.
Yo reí.
No podía negar el fuerte hecho de que Jeon Jungkook me hacia el hombre más feliz.
Por pequeños contratiempos en mi vida jamás pensé que podría llegar a sentirme tan suave junto a la compañía de alguien.
Y menos del chico más dulce que alguna vez pude conocer.
Cuando terminamos nuestras bebidas, entre platicas y ligeros movimientos, salimos de la pequeña tienda para dirigirnos de vuelta a la gran ciudad.
La sorpresa fue grande al estar presenciando la primera nevada de invierno.
Mis ojos se llenaron de ilusión al ver el pequeño copo de nieve caer en la mano de Jungkook, quien tomó con suavidad mi propia mano y entrelazó nuestros dedos con puro amor.
-Nos esperan muchas cosas juntos,- Dijo mientras caminábamos a nuestras casas, mientras sentía el frío copo derretirse entre nuestro tímido calor.- Y juró estar a tu lado en cada una de ellas, Jimin. Espero me dejes acompañarte a lo largo de nuestro tiempo.
Mi suave ángel caído del cielo me intenta cautivar con un sinfín de palabras rosas, le debo mi vida entera como yo le debo la suya y somos lo que ambos algún día soñamos.
-Claro que lo haré Jungkook.
☕
estoy muy mala para escribir mucho y este texto en especial, significa algo que en mucho tiempo no he hecho: escribir amor feliz.
espero lo disfrutes♡
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choco♡kookmin
Historia Corta𝐤𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 𝐨𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭 ! (☕)cálidos primeros pasos, como el chocolate caliente en diciembre. │fluff. │595.