3. Llegando Tarde

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Voy a llegar tarde y es mi primer día— se apresuró a tomar una taza de café y tomó un poco quemándose en el transcurso cosa que hizo que dejara el café a un lado. Salió corriendo hacia la gran empresa que esperaba por él.

Al ir corriendo no se fijo en el pequeño Omega que iba frente a él que también iba corriendo. Al final los dos chocaron haciendo que cada uno cayera de sentón, solo que el Omega había caído también sobre su pie. El Omega miro hacia enfrente y se encontró con un tipo mayor que él con apariencia dura lo que lo asustó un poco.

Perdón— el Alfa miro hacia abajo encontrándose con el Omega se había lastimado, suspiro ese cuerpo era tan débil que le dieron ganas de protegerlo.

No importa señor— el Omega intento quitarle importancia al asunto ya que sabía que muchas veces los Alfas reaccionaban de mal forma. Y no quería problemas, No cuando iba tarde a clases.

Aparte sabía que era peligroso estar solo en las calles. Pero su amigo no pudo ir por él. Suspiro, justo cuando su amigo no lo acompañaba tenía que encontrarse con un Alfa.

Te lastimaste— el Alfa se levantó para ir hacia el menor, lo cargo y se dispuso a ir a una enfermería cercana donde dejaría al chico para luego poder ir a su nuevo trabajo. El Omega sintió miedo al verlo acercarse. Estaba en celo, pero había tomado sus supresores, tal vez por eso le tenía tanto terror a las manos del Alfa. Tenía terror de que fueran a tocarlo.

Tenía razón su amigo, ni hubiera ido a clases en celo. Pero no podía reprobar.

Yo... Yo puedo— el Omega intentaba no soltar un olor preocupante, pero le dolía bastante su pierna, todo por caer mal.

No me importa— el Alfa continuo caminando hacia el consultorio más cercano y cuando vio uno sonrió y corrió para llegar antes. Al llegar pago la consulta y espero a que lo pasaran.

¿Por qué vienen?— pregunto una amable beta con una sonrisa

Se lastimó al caer— contestó el Alfa señalando al Omega— y le duele bastante— suspiro sin saber que más decir, la doctora pensaría cosas extrañas.

Mmm tu nombre jovencito— miro al Omega lista para anotar los datos.

Kunpimook Bhuwakul— murmuró con un poco de desconfianza, casi nunca iba a los doctores sin su mamá y ahora sentía un poco de miedo cosa que noto el Alfa a su lado pues agarró su mano y pudo tranquilizarse por el olor que desprendía el Alfa. Kunpimook esperaba que el efecto de los supresores durará todo el día. Al menos hasta llegar a casa.

¿Cuantos años tienes?— siguió con el protocolo de los datos

16— contestó ya más tranquilo, el Alfa a su lado se sorprendió al escuchar la edad del niño que ahora cuidaba. La doctora también pregunto donde vivía y otra cosa que realmente no recuerda porque aún seguía pensando que su mamá se infartaría al saber que le gustaba un niño y lo peor es que si se le había hecho atractivo hasta cierto punto.

En si, podía estar con él si quisiera al fin y al cabo era un Alfa y el otro era un simple Omega.

Perfecto— la doctora reviso al menor y al terminar de revisarlo regreso a su lugar a anotar lo que había visto— no tiene nada grave, sólo se torció el tobillo, la recetaré unas pastillas para el dolor y para que se desinflame, el nombre esta anotado aquí y lo pueden conseguir aquí afuera— anotó por cuento tiempo y cada cuando debería tomar aquella pastilla. Y las debidas precauciones.

Gracias— el Alfa sonrió aliviado al ver que no había sido nada grave, tomó la nota que le entregaba la doctora y cuando se dispuso a abrir escucho algo que lo dejó helado.

NO QUIERO SER TUYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora