31. Días de colores

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De manera muy acelerada los días pasaban, cada vez faltaba menos y menos para el cumplimiento de la mayoría de edad de Peter.

Todos en el complejo sabían que para el chico, ese no era motivo para celebrar, que simplemente quería una sola cosa por su día, a él.

La operación "reconciliación" que se había formulado tras Bucky revelar la verdad tuvo varios altercados, el principal fue que, la muy obediente inteligencia que Stark había creado siguió al pié de la letra sus instrucciones de borrar cualquier dato de su paradero, hasta para Nath había resultado algo complicado dar con Tony. Pero luego de una exhaustiva investigación lo logró.

Los pasos a seguir para completar el operativo eran simples.

1- Ir a buscar a Stark debajo de las piedras si era necesario, explicarle lo que ocurrió y traerlo de vuelta

2- Conseguir que Peter abandone su habitación un rato después de que llegue Tony para que hablen

3- Esperar a que todo salga bien y que se den muchos besitos cumpleañeros legales.

Y sí, definitivamente todos habían tenido tareas más difíciles que esa.

Por sentido común nada de lo que sucedería salía del grupo, para evitar que la información llegue a oídos no gratos y descomponga todo lo ideado.

Los tres adultos se encargaron del mayor, y los otros tres al cuidado de Peter, para evitar que cometa alguna locura mientras no se encontraban.

• 6 de agosto •

Natasha aterrizó el jet en la pista internacional de Rumania, a las 5:30 de la tarde se encontraban buscando los registros de ingreso al país, pues si bien sabían en que país estaba Anthony, no sabían la dirección exacta.

Luego de eso decidieron acceder a las cámaras de seguridad del aeropuerto, gracias a los conocimientos informáticos de Nath. Siguieron los vídeos donde Tony tomaba un taxi con matrícula MBSM 2108, comenzaron así a investigar todos los pasos que había dado el filántropo, harta que bingo bango, tenían la ubicación final.

Sin perder el tiempo fueron hasta donde se suponía debía estar Stark. Las dos pelirrojas bajaron de auto rentado y tocaron el timbre de la casa - la cual no era nada sencilla -

Esperaron un tiempo corto para ser atendidas y vaya sorpresa recibieron al ser abierta la puerta.

Una bellísima mujer de cabellos castaños oscuros y ojos color miel, vestida con una camisa blanca del ingeniero.

Wanda suspiró frustrada y preguntó a la señorita si ahí vivía Anthony Stark, ella asintió e hizo un ademán invitándolas a pasar, dejando al soldado esperando en el auto.

— Tony — Habló la rumana con un español algo complicado — Tienes visitante. — definitivamente su acento se marcaba bastante, sobre todo en las íes.

— Querrás decir visitas — corrigió el hombre bajando por las escaleras rústicas de la casa — ¿De quién es la grata visita, Viorica...? — Tony enmudeció al ver a sus colegas súper héroes sentadas en el sofá de su casa nueva, mirándolo con ojos regañosos. — Ah, pero si ya íbamos de salida. Que pena chicas pero dejaremos la charla para otro día, realmente lo siento — contestó con un nerviosismo a flor de piel mientras corría de vuelta al cuarto.

— Ni en tus sueños — Wanda se levantó de un salto y haciendo a un costado a la mujer desconocida no dudó un segundo en utilizar sus poderes y así evitar que la genio huyera, haciendo de paso que la tal Viorica pegará un gritó al cielo y quedara completamente perpleja. — Cobarde, en lugar de resolver las cosas con Pete te mudas al otro lado del mundo — recriminó furiosa dejándolo contra una pared sin safarlo de sus poderes.

Días de colores [Starker] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora