Sinopsis.

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-Diablo -susurró mi compañero con la vista fija en las dos personas que pasaban por el pasillo bajo la atenta mirada de todos los presentes -¿Cuándo crees que se den cuenta de que el auto está destrozado? -volvió a susurrar y me encogí de hombros.

-Muy posiblemente cuando salgan de la iglesia -murmuré viendo cómplice a mi compañero de travesuras, o sea, mi primo.

-El tío Nathan nos matará cuando se entere -murmuró rozando sus labios en mi oreja.

-Si, también pensé en eso -murmuré sintiendo su mano apretar mi estómago.

De reojo vi la mirada curiosa de mamá sobre nosotros, le susurró algo a papá y este nos miró sobre su hombro con esa mirada acusatoria.

Alisa e Ian eran unos padres a los que debías temer si llegaban a enojarse con uno. Por suerte eran pocas las veces que de verdad se enojaban conmigo y la mayoría de veces nos la pasabámos riendo de todos los desastres que causaba, mamá incluso me ayudaba a gastarle bromas a papá y fue gracias a ella que hoy en día me había ganado el apodo que me puso mi padre.

Diablo.

Así me llamaban todos en mi familia por mis múltiples travesuras. Había sido cuestión de tiempo a que mis tíos también usaran ese apodo conmigo y con el tiempo todos mis conocidos me llamaran diablo.

De reojo observé como mi tío Will se posicionaba a mi lado con las manos hundidas en los bolsillos de sus pantalones elegantes. Como todo hombre inglés, William lucía increíblemente presentable.

-Tú madre me envió a ver que están tramando -murmuró y aquello no me sorprendió en lo absoluto.

Desde que era una niña William se habían encargado de ser una especie de guardia de seguridad para mi, a pesar de que no lo pareciera. Sin embargo descubrí que cuando se cabreaba era peor que papá.

-¿Por qué piensan que estamos tramando algo? -murmuré con aire inocente y alzó una ceja, con una clara expresión de: siempre tramas algo.

-¿Acaso le pusiste laxante al pastel de bodas? -murmuró con una pequeña sonrisa y aquello nunca se me habría ocurrido, lo anotaré para la próxima boda de alguno de mis tíos.

-Quizás hubo un pequeño incidente con el vehículo de los novios -farfullé y los ojos de William se abrieron como platos.

Upss.

Estoy segura que el tío Axel odiará el momento en el que nos envió a Tyrion y a mi a buscar el auto de los novios. En mi defensa no tenía idea de que aquel gato se atravesaría en el medio de la calle intentando quitarse una de sus siete vidas y en el proceso de intentar esquivarlo hayamos chocado contra un poste de luz logrando que al auto le quedara una gran abolladura en uno de sus costados.

No era nuestra culpa, en serio queríamos que todo saliera bien.

Sentí las perforadoras miradas de Bruno y Ares tras mi espalda, no me hizo falta mirar para saber que habían escuchado todo. Ya podía imaginarme el rostro frustrado de Bruno, pues el pobre de alguna forma siempre terminaba enganchado en nuestras travesuras a pesar de que quería alejarse de sus primos. Por otro lado Ares debía tener una sonrisa grande y brillante, aquel chico de pelo blanco teñido era el único mejor amigo que me había hecho desde pequeña. Asique asumí que el rubio en cualquier momento me regañaría por no haberlo invitado a estrellar el auto con nosotros.

Salí del trance al oír el ruido de aplausos y chiflidos que venían de todas partes. Mis ojos se posaron en la felíz pareja que estaba besándose y miré de reojo como mamá y papá aplaudían con fuerza el matrimonio de uno de sus mejores amigos.

¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora