RUDE

Capítulo sesenta y nueve.

–¿Qué? –Geunsuk regresó su mirada al igual que yo.

–¡Suéltala! –ordenó Bloo señalándome.

–¿Conoces a ese sujeto? –cuestionó mi acompañante.

–Claro que no –sonreí entre una mueca de desprecio al ver a Bloo–. Vamos –tomé su brazo para voltearnos y continuar caminando.

Pero Geunsuk de repente se detuvo apartándose abruptamente de mí, volteé y me encontré con la mirada vehemente de Bloo, él había jaloneado a mi acompañante y no pude reaccionar, tan solo me congelé por completo al ver como si de una cámara lenta se tratara, a Bloo abalanzándose contra Geunsuk empujándolo contra la pared.

–¡Dije que te alejes de ella! –repitió Bloo apretando entre sus manos la tela del cuello de la camisa de Geunsuk mientras lo mantenía aprisionado contra la pared.

–¡Ebrio asqueroso! –Geunsuk hizo una mueca de asco y lo empujó.

Bloo cayó al piso y sin siquiera darme cuenta ya estaba de rodillas junto a él.

–¡Bloo! –exclamé con preocupación poniendo mi mano en su pecho.

–¿Lo conoces? –cuestionó Geunsuk.

–¡Si, idiota! –levanté mi mirada hacia Geunsuk– ¡No tenías que empujarlo así! ¡¿Acaso no ves que está demasiado ebrio?!

–¡Él me atacó primero! –se defendió.

Bloo balbuceo incoherencias mientras intentaba reincorporarse.

–Voy a romperte la cara hijo de puta... –gruñó Bloo al lograr sentarse gracias a que yo lo había ayudado.

–¡¿Cómo me dijiste?! –gritó Geunsuk alterándose.

Bloo sonrió cínico y Geunsuk lo tomó por la camiseta con una mano, levantó su otro puño con intención de golpearlo a pesar de que aún permanecía en el piso, yo cerré mis ojos con fuerza y me interpuse entre los dos abrazando a Bloo y obligando a que Geunsuk retirara su agarre.

–Que ridículo, ¿en serio estás con este sujeto? –cuestionó Geunsuk indignado.

–¡Solo vete! –grité sin soltar a Bloo.

–¡¿Qué sucedió?! –Exclamó West al salir del club con un cigarrillo apagado en su mano. Se acercó a prisa hacia nosotros y Geunsuk se fue.

–Nada –solté a Bloo y me puse de pie mientras me arrepentía de haberlo defendido, no lo había pensado demasiado, solo reaccioné.

–¿Porque están en el piso? –cuestionó West una vez más mientras estiraba una mano para ayudar a su amigo a ponerse en pie.

–Idiota –murmuré entre dientes mientras miraba a Bloo con rencor.

Bloo sonrió y se abalanzó hacia mi abrazándome y recargando todo su peso sobre mí.

–Aún me amas –mencionó con su voz ronca.

–Oh –West rio–. ¿Ya son novios de nuevo?

–¡Nunca fuimos novios! –reclamé intentando mantener mi equilibrio–. Quítamelo de encima... –pedí.

–Yo solo salí un momento a fumar –West sonrió quedándose sin hacer nada.

–¡Oye, ayúdame! –pedí, pero él hizo caso omiso.

–Arreglen sus pleitos solos –canturreó y se fue.

–¡Oye! –grité y gruñí.

–Mi dulce Bambi –musitó Bloo acurrucándose en mi como si estuviera muy cómodo.