Capítulo 3

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AFO suspiró, no hacía ni un año que su querida hija había fallecido. Nunca había planeado tener descendencia, es más, Diana fue una gran sorpresa para él. E iba a deshacerse de ella, tal y como había hecho con su madre. Pero cuando fue a la cuna y miró a ese bebé, simplemente no había podido.
Y Elisabeth, su pequeña Elisabeth, tan semejante y a la vez tan diferente de Diana. Ambas compartían esa ansia incontrolable de explorar, una incapacidad de quedarse quieta en casa y el deseo de conocer el mundo. Él había criado con mucho cuidado a Diana, intentando que se mantuviera alejada del mundo de las sombras y la locura que él frecuentaba. Incluso había dejado temporalmente su trabajo, para darle una infancia normal a su hija.
Pero al final no había funcionado, al final la había perdido. Y no iba a cometer el mismo error con su nieta. Así que a ella, la iba a entrenar para ser fuerte, para poder defenderse y superar a cualquiera, para ser su sucesora. Pero aún era muy joven, había decidido que su entrenamiento empezaría cuando ella cumpliera 10 años, no antes.
Pero algo no estaba funcionando. Elisabeth no estaba disfrutando de su infancia.

No había querido desatender a su pequeña, pero últimamente estaba muy ocupado, All Might le estaba dando más problemas que nunca, y él ya lo sabía, sabía que a ella no le gustaba tener niñeras y que los juguetes no servirían para entretenerla.

Ese día cuando llegó a casa, se encontró a la niñera llorando y temblando ligeramente. Elisabeth se había escapado. AFO suspiró. Hizo su mano un puño y la mujer en frente de él empezo a boquear, sus ojos se inyectaron en sangre y poco después cayó muerta en el suelo. Otra niñera muerta, ¿cuántas habían sido? Ni siquiera se había aprendido el nombre de la última. Había empezado a sospechar que Elisabeth se escapaba sólo para deshacerse de sus niñeras, también para explorar, pero igual eso era secundario.
Miró hacia los ventanales. Ya había anochecido y su pequeña aún no había vuelto. Seguro que se había perdido.
Obviamente, el papel de abuelo sobrepreocupado no era lo suyo, pero ya era tarde y Elisabeth tenía que irse a dormir así que usó varios de sus poderes para encontrarla. Todo se hizo más facil cuando oyó la voz de su nieta llamándole, así que sin perder más tiempo, se apareció ante ella.

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