Es el cumpleaños número dieciséis de Osamu Dazai y como regalo Ougai Mori le ha preparado una fiesta y aunque no fuera de total agrado para el castaño decidió aceptarlo y celebrarlo junto a toda la mafia. Sin embargo el prefería pasar su tiempo bebiendo o comiendo algo junto a sus amigos Oda y Ango, en todo caso toda la mafia se la estaba pasando de lo mejor, claro que no faltaron los regalos de parte de todos los allí presentes por lo cual eran muchos.
Lo bueno pensó que no era el quién cargaría con todos ellos hasta su habitación que se encontraba en lo más alto de uno de los edificios que tenia la mafia, y no era una habitación cualquiera, esta consistía en un piso completo, era más bien una casa pero que pocas veces usaba. Para el ese lugar era solo para dormir y no pasaba tiempo ahí ya que según él era un lugar muy deprimente.
Inclusive Mori le había dicho que si quería decoraría de otra forma su habitación, como el quisiera, muebles, televisores, remodelar la cocina, la habitación, absolutamente todo pero este siempre se negó, dijo que no necesitaba algo que no valía la pena, y aunque no lo dijera en voz alta para él eso no era un hogar. Se sentía incompleto, sabía que algo faltaba o más bien alguien que pudiese llenar ese vacío que sentía no sólo en su habitación sino también en su corazón.
Con respecto a su fiesta todo iba bien, incluso se puso a competir con Ango para saber quien soportaba mejor el alcohol, claro que el castaño sabía que ganaría, era de esperarse ya que después de unos siete u ocho vasos de whisky Ango cayó en un profundo sueño por los efectos provocados con el alcohol que había consumido. Y en cuanto a Dazai aunque estaba achispado aún conservaba una tranquilidad que sorprendería a todo el mundo pero ligeramente empezaba a marearse lo cual fue notado por Oda.
- Deberías ir a descansar Dazai, el alcohol te puede pasar una mala jugada
- Estoy bien... Pero Ango si se paso -sonrió- pero también tienes razón iré a descansar
- Bien, yo acompañare a Ango a su habitación para que pueda descansar
- Si, nos vemos mañana -se levantó y empezó a caminar-
- Espero que hayas disfrutado tu cumpleaños... descansa Dazai
- Descansa Odasaku
Sonrió el castaño al despedirse de su amigo, pero lo que más gracia le había causado era que no olvidaría como su amigo luchaba por mover a un muy dormido Ango que por causa del alcohol había soltado todo su peso contra él.
Llegó al elevador e ingreso la contraseña que solo dos personas conocían, una de ellas claramente era el y el otro por su parte era Mori, el jefe de la Port mafia quien a pesar de recibir insultos por parte del castaño no hacía caso a sus palabras ya que el joven chico le había dicho muchas veces ya que no entrara a su habitación. Y esta no sería la excepción.
Cuando por fin había llegado a su habitación tomó asiento en uno de los sillones que ahí se encontraban y justo cuando pensó que podría descansar un sonido proveniente del elevador lo puso en alerta ya que nadie entraba sin su permiso aunque cuando pensó mejor ya sabia de quien se trataba y justamente cuando se abrió el elevador su suposición fue correcta.
- Mori-san... cuantas veces te he dicho que no entres a mi habitación sin mi permiso
- Si lo se querido Dazai, pero te he traído un pequeño regalo por tu cumpleaños
- ¿No fue suficiente con la fiesta? -pregunto el castaño con tono sarcástico-
- No, en realidad eso era normal para celebrar el cumpleaños de uno de los ejecutivos de la mafia. Sin embargo nunca te di mi regalo y es este... pasen chicos
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ᴍɪ ʜᴇʀᴍᴏꜱᴀ ꜱᴀʟᴠᴀᴄɪóɴ ✰[BSD]✶
FanfictionQuien diría que después de tanto tiempo sufriendo alguien te salvaría de ese infierno poco después de que cumplieras once y ese alguien es Osamu Dazai quien celebraba su cumpleaños número 16, cuando a su Jefe se le ocurre darle de regalo una mujer...