CAPÍTULO 22: TE ENCONTRÉ

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— ¿Katniss?— escuché a Finnick apenas bajé del taxi, estaba llegando con algunas refacciones.

—Finnick ¡Estoy de vuelta!— le sonreí.

— ¡La mujer más buscada del planeta!— dejó algo que parecía un neumático muy delgado y corrió a abrazarme. Me dio una vuelta completa ocasionando que me maree un poco.

— ¿Buscada yo? No inventes. Disculpa por no haber llamado para contarte, fui a vivir con mi abuelo— dije soltándome apenas puse los pies en el suelo.

— ¿En dónde? ¿En alguna aldea perdida de África?— me hizo señas para que lo siguiera.

—No, ni siquiera salí del país, estuve en Óregon en un pueblito llamado Gearhart— le revelé.

—Espera un momento, le diré a Beetee que saldré. No te vayas Katniss, ni se te ocurra volver a desaparecer— me advirtió, lo vi correr a la administración. Caminé unos pasos por el lugar, parecía que les iba bien EL NEGOCIO.

— Hola Katniss— escuché llamarme. Era el pequeño Beetee.

—¡Hola!— lo saludé en cuanto llegó.

—¿Sigues en problemas?— preguntó.

—Yo no estoy en problemas— respondí. ¿De dónde sacaría el niño que yo andaba metida en problemas?
—Después que te fuiste vino a casa mucha gente a buscarte— se encogió de hombros. —Policías, abogados. Incluso el amigo de papá llegó a buscarte— me sorprendí al escuchar eso.

— ¿Si? Qué raro— tal vez estaba exagerando, todavía era un niño, aunque dicen que ellos no mienten.

—Es cierto. Pensé que eras una fugitiva.

—Lo siento Beetee, discúlpame con tu mamá si les ocasioné alguna molestia— el niño sonrió sonrió.

—Ninguna molestia, reté a uno de los abogados a recitarme todas las enmiendas y falló—dijo muy orgulloso.

—¡Ey! Sube Katniss ¡Vámonos!— llamó Finnick desde un auto. Me despedí de Beetee junior.

—Por favor, no me cuentes nada todavía, quiero tener una larga conversación contigo, si te escucho ahora voy a chocar— Finnick soltó una fuerte carcajada. Era tan curioso que dudaba si debía contarle todo. Sin embargo moría por compartir con alguien lo que me pasó en el juzgado. Estaba segura que él disfrutaría la audiencia tanto como yo.

Llegamos a la fuente de soda en la que una vez nos detuvimos a conversar.

—Ahora sí, soy todo oídos, primero dime… ¿Ya estás divorciada?— preguntó tan impaciente como un niño esperando su helado favorito.

—Ya firmé los papeles— dije sonriendo.

— ¿En serio? Entonces… ¿Aceptas salir a cenar conmigo?— lo miré haciéndome la ofendida.

—Apenas me quedo libre y ya quieres hincarme el diente— me burlé.

—Es que yo soy rápido, veo la presa y salto sobre ella, no me ando con rodeos— rió. –Ya en serio, no te invito a una cita romántica. Es sólo una cita. Eres libre y debes salir a celebrarlo— sonrió.

—Tienes razón.

—Bueno, quiero saber dónde te metiste todo este tiempo— preguntó.

—Oregón. Un pueblito llamado Gearhart, allí vive mi abuelo. Estuve trabajando mientras me reponía de todo el asunto. Me fue bien pero no tanto como hoy— empecé a contarle.

— ¡Tengo que saber eso! Habla tu primero y luego yo ¿Vale? Porque te vas a morir con lo que tengo que decirte— eso me asustó un poco. No quería perder mi alegría así que le narré lo que pasó en el juzgado, desde la citación que me llegó a Gearhart, hasta el veredicto del juez. Finnick disfrutó de cada palabra.

CONSERJE MELLARK -Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora