CONSERJE MELLARK -Terminado-

CAPÍTULO 24: ¡LA PASIÓN HA VUELTO!

Caminamos lentamente, antes de llegar a la entrada vi la figura de Johanna. Parecía que nos estaba esperando aunque Peeta no llamó para anunciar que llegábamos.

— ¡Katniss! Cuánto te he extrañado ¿Dónde estabas?— me dijo tiernamente, la había echado de menos, ahora me daba cuenta.

—Johanna. Yo… estuve con mi abuelo— a pesar que moría por hablar con ella largo y tendido, no era el momento. Había una urgencia.

— ¿Y mamá?— preguntó Peeta preocupado.

—Arriba. Está descansando— dijo ella como si nada hubiese pasado. Miré a Peeta sorprendida.

— ¿No estaba en el hospital?— preguntó él.

—Anoche estuvo un par de horas— sonrió mi amiga.

— ¿Y el accidente?— Peeta estaba empezando a irritarse podía sentirlo.

— ¿Accidente? Bueno, se cayó en las escaleras pero sólo fueron 3 escalones, parece que se estiró un tendón en la muñeca, no es nada grave. Peeta has pasar a Katniss, es de mala educación que hablemos aquí en la puerta— Johanna apuró nuestro ingreso.

—Delly me llamó anoche, dijo que mamá estaba hospitalizada— reclamó Peeta. Ahora entendía, la rubia esa otra vez.

— ¿Peeta?— escuché la voz de la condenada prima. Bajó rápidamente por las escaleras, traía ropa muy ajustada y la melena suelta. Corrió a abrazar a mi Peeta. Me dio mucha rabia la forma en que se apretaba contra él.

—Delly, me dijiste que mamá estaba hospitalizada— Peeta se veía molesto.

—No. Te dije que estábamos saliendo para el hospital. Yo estaba con ella cuando se cayó. Le dolía mucho la mano, creí que se la había roto, en ese momento fue que te llamé, no sabía que estabas tan lejos— le volteó la tortilla. Era muy buena para mentir. –Hola— dijo mirándome como si fuera un bicho.

—Pero me volviste a llamar diciendo que mamá estaba muy mal— volvió a reclamarle Peeta. Obvio que esa bruja le llamó para alejarlo de mí.

—Le dolía mucho, ella no se queja con nadie para no preocuparnos— de lo más fresca se desparramó en el sofá.

Peeta tenía los puños cerrados, obviamente estaba fastidiado. Me miró y trató de sonreír.

—Voy a ver cómo está— me dijo acercándose. – Le diré que te traje conmigo— besó mi coronilla. Subió las escaleras a grandes zancadas.

— Oye descerebrada ¿Por qué le dijiste a Peeta que mamá estaba grave, si sabías que él iba tras Katniss?— Johanna le recriminó a Delly.

—Peeta tenía derecho a saber que su mamá había tenido un accidente— se defendió la rubia.

—Pero no debiste alarmarlo— Johanna se veía muy enfadada. Delly no le hizo caso y tomó una revista.

¡Qué rabia me daba! Era mejor no decir nada, las cosas caen por su propio peso y Peeta pronto se daría cuenta.

—Siéntate Katniss, tenemos muchísimo de qué hablar— Johanna tomó mi mano y me llevó hasta uno de los sofás. – ¿Cómo pudiste desaparecer así? Madge y yo te hemos llamado cientos de veces, ella me dio los números de tus antiguas amigas en Miami, contactamos a mucha gente buscándote…— Johanna empezó hablar y no había forma de callarla, sabía que quería noticias, detalles de todo, pero estaba esa zorra allí y no quería darle el gusto de escuchar nuestra conversación.

—Debemos reunirnos con Madge, de seguro querrá matarme. Las pondré al tanto de todo— le sonreí.

— ¿Tienes dónde quedarte hoy? Me imagino que ya no debes tener casa. Quédate aquí Katniss, mandaré a preparar la habitación de huéspedes. Por favor, además es casi de noche, no permitiré que vayas a un hotel— rogaba mi amiga. Qué alegría volver a tenerla cerca.