CONSERJE MELLARK -Terminado-

CAPÍTULO 31: ¿PODRÉ VOLVER?

Miré a Peeta que parecía al límite de su paciencia. Finnick en cambio se veía interesado.

Tomé el sobre y saqué muchas fotografías. Había una foto muy vieja de una mujer morena, era la primera de todas. No sabía quién era. Se la mostré a Crane.

—Se llamaba Enobaria, la esposa del señor Cato, era una mambo, sacerdotisa Vudú— dijo el investigador.

Habían más fotografías de una casa en muy vieja con totems y figuras horribles. No entendía qué quería decir con eso.

—Es la casa de esa mujer en Haití. Viajé hasta allá porque el señor Cato salió del país con otro nombre. Lo seguí. Pero cuando llegué él la había matado. Según dicen en el pueblo, ella no usaba la magia para matar a nadie sino para curar pero su esposo no era como ella. Él era un mago negro que hacía trabajos por encargo— Crane hablaba atropelladamente.

Vi una fotografía de un hombre muerto, desfigurado y sucio. Era aterradora.

—Es Cato, los pobladores lo apedrearon, llegué junto con la policía, no pudimos hacer nada por él— miré a Crane asustada. Qué terrible ver morir a alguien de esa forma. –Pero pude hablarle antes que muriera, le pregunté y me lo confirmó, me dijo que usted moriría— miré a Peeta alarmada.

—Katniss eso es… es superchería, somos seres civilizados, no creas en esas cosas— caminaba por la habitación como una fiera.

—No es superchería— dijo Finnick. –Yo vengo de una raza muy antigua de gente que cree en Yemayá. Nos hemos "civilizado" pero las leyendas quedan. Sí se puede matar a alguien con magia negra— sus palabras me dieron escalofríos, Peeta bufó.

Seguí mirando lo que Crane me había alcanzado, había algunos documentos médicos que no entendía. Le mostré a Crane.

—Investigué sobre algunas de las muertes que por encargo le hicieron al señor Cato. Todos murieron igual, con infección en la garganta o en el estómago. Un medico la denominó "infección tropical" porque no sabían que era. Tengo acá mucha evidencia para corroborarla con la muerte del señor Hawthorne. Él también murió de la famosa "infección tropical". Cuando me enteré que usted estaba enferma traté de venir lo más rápido posible pero sufrí un accidente— lo miré intrigada.

Me mostró una de las últimas fotografías.

—Él es Brutus. Es alguien que me seguía a mí. No sé cómo supo que investigaba pero trató de matarme y no con magia negra sino con un arma— el pobre hombrecillo sacó un pañuelo para limpiarse el sudor.

— ¿Delly no conocía a un tal Brutus?— me preguntó Finnick. Asentí con la cabeza, yo misma había leído en el diario de Delly sobre un Brutus y Gloss.

— ¿Qué insinúas?— gritó Peeta.

—Es cierto— afirmó Crane. Todos lo miramos. –En estos días investigué. Es un ex novio de la señorita Delly— confirmó el investigador.

—Esto es insólito, sólo falta que digan que Delly le pagó a Cato para hacerle magia negra a Katniss— dijo escéptico.

— ¿No se te perdieron cinco mil dólares últimamente? — preguntó Finnick. Peeta volteó a verlo muy molesto.

— ¡Tú sabes algo!— le gritó.

—Con ese dinero tu prima le pagó a Cato— se le enfrentó mi amigo.

— ¡Eso es mentira! ¿Tienes pruebas?— Peeta estaba fuera de sí, tomó a Finnick de las solapas de su camisa y lo empujó contra la pared.

— ¡No! ¡No!— grité tomando la libreta dónde decía lo del dinero. Se lo mostré a Peeta agitándolo con mi mano. Él soltó a Finnick.