CONSERJE MELLARK -Terminado-

CAPÍTULO 33: JUSTO CASTIGO

Los días pasaron Thom y Madge ganaron su reality, vinieron a verme varias veces, al igual que Finnick, Johanna y Teresa. Todo iba perfecto hasta que tres semanas después inició el juicio a Delly. La acusaban de homicidio en primer grado, el fiscal pedía cadena perpetua

—No tienes que ir amor, deberíamos quedarnos en casa— Peeta se había opuesto a que presenciara el juicio pero yo no quería quedarme. Necesitaba estar allí, saber cada detalle y estar segura que Delly iría a prisión por el resto de su vida y no volvería más.

Lo miré fijamente para que no piense en reclamar otra vez.

Llegamos con tiempo, pude ver a lo lejos a una pareja al lado de Teresa y su esposo. La mujer tenía el cabello gris y el hombre parecía muy cansado.

—Son mis tíos Alma y Homes— dijo Peeta llevándome lejos de ellos. Nos sentamos en la tercera fila del lado derecho de la sala de audiencias. Toda la familia Mellark y Cartwright estaban en primera fila del lado derecho.

— ¿Por qué no estamos con tu familia?— pregunté. Peeta parecía abrumado.

—Amor, no es conveniente— susurró.

Su contestación no me dejó satisfecha. Mis temores tal vez eran infundados. Pero sospechaba que mi novio no quería presentarme a sus tíos. Bueno, tampoco deseaba que lo hiciera. Si eran padres de Delly mejor que estén alejados. Aunque sus hermanas Bonnie y Twill me parecieron muy amables cuando las conocí durante el desayuno que organizó Teresa.

Me quedé estupefacta al escuchar la argumentación del abogado defensor de Delly. Según él, Glimmer y Delly había peleado y la última sólo se defendió. Mostró fotografías donde se podía apreciar las heridas que Glimmer le infringió a Delly. Dos cortes en la cabeza y el labio roto. Todas venían respaldadas por informes médicos.

Me revolví en mi asiento fastidiada con tamaña mentira. El fiscal por el contrario, dio un detallado informe con pruebas forenses sobre la muerte de Glimmer. Para él, un estrangulamiento no estaba dentro de los límites de la "autodefensa".

Me sorprendí mucho más cuando llamaron a Delly al estrado. Ella sin ningún remordimiento o culpa narró cómo fue víctima de hostigamiento por parte de la fallecida. La acusó de matar a Gale y hasta de envenenar con sustancias extrañas a sus enemigos.

—Señorita Cartwright— preguntó el fiscal a su turno. –Hay algo que no termina de encajar en su historia. Si usted estaba segura que no tenía culpa de nada y que fue víctima de violencia por parte de la occisa… ¿Por qué esconder el cadáver? ¿Por qué no llamar a emergencias o a la policía? Usted escondió el cuerpo y limpió el lugar de los hechos. Si no se hubiera encontrado el cadáver nunca sabríamos que la Señorita Glimmer falleció— dijo acusadoramente.

—Me asusté. Tenía miedo que me acusaran de matarla a propósito— se defendió la rubia.

Una a una fue contestando todas las preguntas del fiscal, no se veía arrepentida ni afectada. Parecía muy segura de sí misma. Me daba tanta rabia.

Presentaron tres testigos, una de ellas fue Bonnie, su hermana y la otra una mujer que yo no conocía.

Bonnie narró cómo Glimmer se presentó en dos oportunidades a la casa de los Mellark. En una de ellas oyó a Glimmer gritarle a su hermana.

Su declaración fue aceptada, podía ver que los testimonios eran tomados en cuenta por el jurado y el juez. Poco a poco Delly se estaba librando convenientemente de la acusación que pesaba en su contra.

El juez hizo un receso de dos horas. Salí de la sala muy enfadada, Peeta notó mi humor.

—Tiene un buen abogado— sentenció.