¡Y mira que yo sé que no me mereces! lo he entendido muy bien.
Yo sé que los celos no son parte del amor, y los moretones que tenía en el cuerpo gritaban que no me querías.
Yo sé que te he dado mucho y tu solo has tomado, hasta dejarme vacía, sin nada, sin ganas, casi sin vida.
Yo lo sé, lo he aprendido muy bien.
Pero no puedo evitarlo y el Estocolmo me sale por los ojos, y te pienso y te extraño, aunque sé que no debo, que gaste mi tiempo tratando de arreglar algo que yo no rompí.
No debo pensarte, pero los recuerdos me acosan y el Estocolmo cae por mis mejillas y te extraño, aunque no deba, aunque no quiera, lo hago.
Y te extraño y no quiero hacerlo, pero no puedo evitarlo.