Prólogo parte 4: Un nuevo mundo de oscuridad

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"La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos" (Antonio Machado Ruiz, poeta Español)

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No sé cuánto tiempo pasó, mi conciencia fluctúa constantemente entre la existencia e inexistencia, entre el alivio y el dolor, tengo los recuerdos borrosos de un lugar similar a un planetario, en medio del espacio sideral, recuerdo también una especie de orbes brillantes frente a mí y una fuerza que me jalaba hacía una de estas, pero realmente tal acontecimiento es muy nubloso para mí.

Siempre pensé que todo acababa con la muerte, que el cuerpo y cerebro dejaban de funcionar y eso era todo, que el cielo y el infierno cristianos o cualquiera de sus equivalentes sin importar el credo o cultura, no eran más que producto de la imaginación prolifera de los hombres, era... o soy un ateo si queremos ponerlo en esos términos, aunque yo me llamaría a mí mismo más bien escéptico, en todo caso nunca irrespeté ni menosprecie tales manifestaciones, siempre me parecían interesantes los distintos mundos e historias que se tejían alrededor de las diferentes creencias religiosas y culturas.

Al principio creí que todo se trataba nada más de divagaciones y alucinaciones de una mente moribunda, pero estas no han cesado, mis recuerdos, ese espacio en el que floto, esta sensación de alivio que por algún momento estoy sintiendo en mi cuerpo, nada cesa, pero he perdido completamente el sentido del tiempo, pueden haber pasado milenios o centésimas de segundos, para mí no parece haber diferencia.

(...)

Poco a poco mayor alivio llego a mi "cuerpo" y al relajarme empecé a sentir una sensación familiar, que llevaba algún tiempo sin sentir, una suave y relajante respiración, mi cuerpo estaba en total reposo y empecé a notar como entraba a este justo la cantidad perfecta de aire, refrescando mi interior y vitalizando mi cuerpo...

(...)

Estoy empezando a recuperar mi sentido del tacto y la dirección, estoy boca arriba en lo que parece ser una cama, muevo mi mano y siento unas cobijas suaves, frescas y cómodas, no tan gruesas como para acalorar demasiado, no tan delgadas como para permitir al frio sobreponerse a la calidez, siento una ligera brisa fresca por mi rostro que me hace sentir bastante confortable... justo como me gusta...

¿Cómo me gusta?

Pero... si tras mis años como soldado, ya me conformaba con un piso no tan frio... y un lugar oscuro donde poder pegar el ojo en cualquier momento con tranquilidad, de hecho, me costó algo de trabajo volver a usar una cama normal...

¿Eh?... ¿cobijas?... ¿confortable?... ¿respiración?...

Empecé a mover mi mano hacia mi rostro, pero sentía el cuerpo muy adormecido y pesado, realmente quería quedarme quieto un rato más, pero también estaba empezando a cansarme en esta posición, como cuando duermes de más y tu cuerpo te empieza a pedir que te muevas a pesar de tu no querer.

Toque mi rostro y sentí una mejilla muy suave, empecé a mover la mano un poco más y me encontré con una piel muy elástica, lisa y suave al tacto, aún más suave que el de una mujer joven, toque mis facciones y realmente estoy empezando a sentir que este rostro no es como lo recuerdo al tacto, ¿abre quedado desfigurado?... no por el contrario todo parece estar perfectamente en su lugar, pero realmente siento como si fuera el rostro de alguien más a pesar de que siento el tacto en dos vías, tanto la sensación de mi mano tocando el rostro, como la sensación de mi rostro con la mano sobre este.

En ese momento tomé una mano con la otra y me encontré con que mis dos manos ahora eran muy delgadas y de tacto delicado, además que no tenía dificultades moviendo mis dedos y muñecas. Los años de abuso así como mi contextura muscular, había causado que con los años mis manos se tornaran pesadas y toscas e incluso que algunas articulaciones me dolieran ligeramente y molestaran al moverlas, la vejez y el padre tiempo son crueles con las creaturas mortales, el tiempo pasa y jamás vuelve atrás, las heridas se vuelven más molestas, el cuerpo más débil, la mente menos ágil, aunque eso último se puede conservar bien si se mantiene activa, además que la experiencia es algo que no cambiaría por nada.

Los jóvenes darían lo que fuera por ser experimentados y/o versados en ciertos temas y la vida, la experiencia en la vida y en el trabajo tiene sus grandes ventajas, cometes menos errores, te tropiezas menos con la misma piedra y demás, pero los viejos darían lo que fuera por tener sus cuerpos llenos de energía, vitalidad y belleza nuevamente, la vida es algo bastante cruel, tanto para el joven inexperto que debe sufrir los ires y venires de la vida para encontrarse a sí mismo y su lugar en el mundo, como el viejo experimentado seguro de sí mismo y su lugar en el mundo, que ya no tiene las energías para cumplir los objetivos que ahora tiene más claros que nunca...

Al final no quedan sino arrepentimientos...

Me arrepiento de demasiadas cosas como para contarlas, pase la mayoría de mi vida tratando de actuar de forma rebelde frente a esta y mis circunstancias y al final lo único que me dejo fue un cuerpo cansado y las manos manchadas de sangre....

(...)

En fin... pero ¿dónde estaré? ¿un hospital? ¿aún bajo los escombros? ¿seguiré alucinando? ¿por qué no veo nada? ¿por qué no escucho nada?

Traté de seguir palpando mi rostro y me encontré con cabello sedoso y lo más importante... orejas con forma algo puntiaguda... No puede ser, no es posible... ¿Qué esta sucediendo? ¿además que es esta falta de sonido?... no escucho nada, solo hay silencio... pero por culpa del uso de armas y las explosiones, yo sufro de tinnitus,  gracias a los tratamientos lo tenía bien controlado, pero en un lugar completamente silencioso como este debería escuchar un incesante pitido, similar al sonido que hacen los viejos televisores analógicos al apagarse...

¿Qué sucede aquí?

No tengo suero conectado, al igual que no escucho ningún tipo de maquinaria de clínica, luego no creo que sea un hospital.

El cielo, el infierno, un sueño... tal vez, pero me siento demasiado vivo, excepto por el hecho de que no veo ni escucho nada, estoy completamente despierto, lo que creo que también descarta el hecho de estar alucinando bajo los escombros.

Seguí palmando mi cuerpo y me encontré con hombros y brazos, finos y delgados... aunque con una curiosa firmeza.

(...)

Mi tórax se siente extraño, no siento mis pectorales y al contrario palpo una sospechosa suavidad en mi pecho a pesar de ser este casi completamente plano, mi abdomen está perfectamente plano y sin una pisca de grasa, al igual que mis caderas. Mis piernas y glúteos también se sienten extrañamente finos y delgados... Un momento siento como que algo más falta...

(...)

Por instinto llevo mi mano hacia mi entrepierna, y lo que encuentro es ausencia... ausencia de mis genitales masculinos...

(...)

Me quedo frio... ¿será que por culpa de lo sucedido?... no puede ser... bueno, aunque ya por mi edad, no es que les diera demasiado uso para aquello, solo me servían para expulsar desechos corporales la mayoría del tiempo, aunque no puedo negar que era bastante placentero saciar aquella otra necesidad física cada vez que volvía milagrosamente.

Seguí palpando el área y pronto reconocí algunas formas que no eran del todo extrañas, al tacto de un hombre adulto... ¿es esto?... ¿una vagina?

(...)

Pensé quedándome en blanco (supongo que en esos momentos me vería pálido), mientras me dejaba caer nuevamente boca arriba sobre la cómoda y suave cama.

(...)

Que carajos...

(...)

Lleve mi mano hacia mi rostro y me percate de algo preocupante nuevamente. Mis ojos parecían estar abiertos y sin ninguna obstrucción, de hecho, me lastime involuntariamente un globo ocular mientras palpaba los ojos, pero aun así no veo nada.

(...)

Ahora mismo mi prioridad es salir de este lugar oscuro y aislado de sonido, tal vez pueda encontrarme con alguien y saber que está sucediendo....

REENCARNADO EN UNA PRINCESA ELFO (Sakraverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora