Bad Time

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Yugyeom masajeó sus cienes y se inclinó cansado contra el respaldo del sofá. Movió los papeles y miró los números marcados en rojo.

Suspiró, aquel número era más de lo que pudo haber tenido en mucho tiempo junto. No podía pagar todo aquello.

Jungkook miró desde el umbral de la puerta a su pareja, apretó los labios oliendo el aroma que Yugyeom soltaba; era un olor que le picaba la nariz.

Caminó para sentarse a su lado y posó una mano sobre la pierna del moreno, se inclinó hacía él y le besó la mejilla. Yugyeom entonces etre abrió los ojos mirandolo cansado.

- Todo estará mejor- dijo él acariciando ahora la parte posterior de la mano de Yugyeom.- solo es momentáneo, en unos meses todo mejorará. Lo prometo.

Yugyeom se sentó derecho sobre el sillón marrón, sostuvo el agarre de Jungkook y le miró, inquieto.

No quería llevarle la contraria a su pareja, pero veía innecesario llenar las palabras de esperanza cuando cada día recibían malas noticias y más venían a opacar su felicidad.

- Jungkook, ya- ya no lo digas.- Soltó, mirando a su alrededor notando como el pequeño departamento perdía color, la pintura azul cielo se despegaba por la humedad, el piso tenía una horrible combinación de colores y el olor a viejo no era agradable. La cocina tenía fuga de agua y escuchaba como goteaba en la maceta del supuesto árbol de la abundancia, dicha planta ya estaba seca.

- Pu- tragó saliva, el nudo en la garganta le impedía hablar y sentía una opresión en el pecho- puedes volver con tus padres, tu madre querrá verte.

Jungkook le miró de la misma manera, sus irises se tiñeron de pena y tristeza. El no quería estar ahora con su madre, su deber, como omega y pareja de su Alfa era a su lado, ayudándole en momentos como ese.

Su pecho ardió, el lazo tembló, las grietas comenzaron apenas unas semanas atrás pero el no quería verlas, mucho menos sentir como su relación se desmoronaba poco a poco, intentaba cada día sonreirle a Yugyeom para subirle el ánimo e intentaba decirle que todo estaba bien, había encontrado un trabajo de medio tiempo en donde la paga, si bien no era la mejor, podía ayudarles a sobrepasar aquel bache, pero juntos.
Jungkook estaba comenzando a cansarse de la mirada negativa de Yugyeom, pero entendía sus razones para serlo, nervioso y lleno de miedo tragó sus palabras y supo que lo que tenía planeado decirle posiblemente Yugyeom lo viera como otro "bache en su felicidad".

-Vamos a dormir - se levantó y tiró del Alfa quien no se negó ante la idea de cerrar los ojos para olvidarse por unas horas de aquellos problemas que le ahogaban y se llevaban su felicidad.

Al día siguiente Yugyeom se había marchado a las ocho para llegar a su empleo y poder así pedir horas extras. Jungkook por lo tanto fue a la casa de los señores Kim para cuidar de sus dos hijos, el alfa le había pedido que cuidara de sus cachorros en lo que el se iba a trabajar para poder continuar con los planes de separación de su compañero, también un alfa quien al parecer llevaba ya unos meses con una Omega y esperaban un cachorro.
Seokjin estaba triste obviamente porque solo un par de años había nacido Hoseok, su hijo menor, pero eso no le había impedido seguir trabajando como abogado y ser uno de los mejores en su ciudad.

Jungkook francamente admiraba al hombre, y sin quererlo también le quería, el tiempo lejos de su propia madre se le hacía difícil, pero las charlas con el alfa pelinegro eran lo más cercano a lo que podía pedir.

Jungkook estaba camino a su departamento, pensando que era lo que iba a hacer, cada día era más difícil, le costaba mantener una sonrisa a su pareja y no sentía que fueran avanzando contra la demanada de sus padres.

Llegó al edificio viejo, y se detuvo frente a él, tragó saliva cansado y su bolsa vibró, sacó su teléfono y lo desbloqueo para ver el mensaje que había recibido.

Era de Seokjin.

Hola Jungkook, lamento enviarte esto cuando acabas de marcharte de aquí.
Lo que quería decirte es que no te molestes en venir mañana, me he tomado el día y me pareció una buena idea salir todos juntos en familia.

Jungkook claramente supo que se refería a solo él con los tres menores, ya que ninguno de los niños quería ver a su padre, incluso Hoseok, que apenas tenía dos años se negaba al sentir la ansiedad en el aire y prefería permanecer junto a su papá.

Descansa, se que debes estar agotado después de trabajar en el café y cuidar de mis niños.
Tómate el día tranquilo al lado de tu Alfa.
Jinnie.

Jungkook sintió un nudo en su garganta, Su Alfa, rió triste, si supiera que el también no andaba bien con su Alfa, seguramente la mujer iría a pelear con Yugyeom. Era una persona muy noble y de buen corazón, él no merecía pasar por lo que estaba pasando.

Tú tampoco. Dijo su mente.

Sacudiendo la cabeza entró en el edificio.

Entró como de costumbre y le sorprendió ver que Yugyeom ya se encontraba allí y no solo él.

—¿Mamá?— preguntó al ver los cabellos de la mujer, ella de giró y le sonrió.

...

— Entonces que haces aquí— preguntó suavemente viendo como su madre tomaba asiento en el sofá marrón y sentía los resortes clavarsele en la espalda.

— Yo le llamé— Yugyeom dió solo unos pasos cruzando la pequeña cosina a la sala.

Jungkook le miró con temor, las palabras del día anterior resonaron en su mente y su piel se erizó.

— Le pedí que cuidara de tí en lo que todo se resuelve— Tomo sus manos y besó sus nudillos.

—Yo...

— Te esperaré abajo cariño— su madre le avisó mientras tomaba la maleta casi vacía de sus pertenencias. Ella salió en silencio mientras les dejaba solos, Yugyeom le había explicado la situación y entendía perfectamente las razones para ser egoísta.

— Yugy- — se vió interrumpido nuevamente pero ahora por los labios del más alto pero Yugyeom no lo continuó.

Después de silencio al bajar las escaleras Yugyeom le dijo–  Hablaremos todos los días, te diré cuando podrás volver a casa está ¿bien?— acarició el cabello del omega.

El asintió intentando no marcharse enojado con él.

...

Los meses habían pasado y su vientre había crecido notablemente, Yugyeom aún no se enteraba del estado de su pareja y prefería que continuara así, ya que solo unas semanas atrás le había dejado de responder los mensajes y las llamadas. No entendía qué pasaba.

Su madre decía que posiblemente estaría cansado o le estaba preparando una sopresa, talvez ya había encontrado una casa o un apartamento mejor que los tristes 25 metros cuadrados del anterior.

Jungkook ya no creía que volviera, sentía como poco a poco la marca desvanecía y su mayor pesadilla se hacía realidad, el lazo comenzaba a romperse.

Se mesió en el columpio sintiendo el calor envolver su piel y suspiró bajando la mirada a su cuerpo.

Porque aunque no lo quisiera, era tiempo de olvidar a su alfa.

One Shots YugkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora