Sᴘᴏɪʟᴇʀ | Iɴᴀᴢᴜᴍᴀ Eʟᴇᴠᴇɴ Oʀɪᴏɴ

Sᴘᴏɪʟᴇʀ

Para MegumiTsurugi6

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Nishikage: ¿Y no me vas a dar ningún spoiler?

Tú: Esta vez no... tendrás que esperar. ¿Por dónde estás?

Nishikage: Está bien. Ya estoy cerca, estoy por la parada de autobuses, en diez minutos llego.

Tú: Sí, te espero...

Suspiré y me acomodé de nuevo en la cama. El sol estaba en su cúspide, serían al rededor de las doce. Realmente por más que esté usando el teléfono, olvido la hora aunque haya aparecido en toda la pantalla al apagarlo.

Pero aunque sea el mediodía, yo calculo que en no más de tres horas yo me iré a dormir rezando por no despertarme hasta mañana.

Con ese abrumador pensamiento de ocultar algo más, llevé mis ojos a la intravenosa que se unía con mi mano derecha.

— Sí da tiempo, sí da tiempo... —murmuré con impaciencia queriendo acelerar con la mirada el líquido que ya casi abandonaba la bolsa por completo— por favor...

Aún así, pasaron cinco minutos y apenas disminuyó la cantidad; no iba a dar tiempo.

— Maldita sea... —me rendí apartando la mirada de la quimioterapia y la mano izquierda del botón para llamar a la enfermera nada más se acabara el líquido y me quitara la bolsa al igual que la aguja.

Pero nada más empezar a pensar en todo aquello, comencé a notar de nuevo la usual punzada que hasta hace unas semanas acababa en, probablemente, el peor dolor de cabeza existente. Ahora simplemente me molestaba, se siente como una migraña insistente, pero es soportable... las últimas semanas era imposible de tolerar cuando pasaba, sin siquiera pensarlo me hacía soltar lágrimas completamente mecánicas a causa de la intensidad del dolor. Ahora solamente siento las gotas de sudor querer asomarse. Por eso me esforcé en enroscarme de nuevo aunque no tuviera puesta la pijama, y con la manta me cubrí por completo mientras cerraba los ojos así impidiendo que la luz del mediodía empeorara lo fastidiosa que llega a ser esta migraña.

Pasaron un par de minutos cuando ya había encontrado la perfecta estabilidad del calor y oscuridad mientras que con una mano me apretaba la sien contra la almohada. Estaba tan cómodo en esa patética forma que casi me dejé dormir cuando de repente escuché cómo llamaron a la puerta. En ese entonces ya había olvidado incluso el motivo por el cual ahora estoy vestido de traje.

— Adelante... —dije en un tono molesto intentando no alzar tanto la voz por mantener ese equilibrio.

La puerta se abrió y al poco tiempo alguien entró, sus pasos no parecían ser los mismo de las enfermeras por lo que mucho me temo que finalmente sea Nishikage...

No me caben dudas. Nada más entró, fue rápidamente a mi cama y quedó unos segundos en silencio pero de forma alterada, incluso yo podía sentir su tensión.

— Nosaka...

— Está bien, ¿sí? —dije sin destaparme ni moverme.

Escuché cómo se sentaba en el sillón que está justo a mi lado izquierdo, cerca de la ventana.

Siguió pasando el tiempo y no se escuchaba nada en todo el cuarto. Al cabo de un rato estaba dispuesto a destaparme, pero necesitaba algo antes de hacerlo.

— Nishikage... ¿puedes cerrar las persianas?

— ¿Eh? Sí, sí, claro —respondió levantándose de inmediato y yendo a cerrar las persianas con cuidado—. Ya están.