Fruncí mi ceño y me mantuve mirándolo sumida en la confusión, mis instintos me decían que sospeche de su comportamiento y no confié, pero mi corazón me gritaba que lo abrace.
Él me abrazó suavemente, esta vez no recargaba su peso sobre mí, al contrario, me jalaba hacia él acurrucándome en sus brazos y yo no puse resistencia.
–Si no quieres ser mi novia... –musitó–. Por lo menos se mi amiga.
–¿Amigos tú y yo?
–Si.
Aun indecisa subí mis manos lentamente a su espalda y terminé correspondiendo el abrazo, me estaba ofreciendo una especie de tregua y dado que necesito trabajar con él lo mejor sería aceptar, ¿cierto?
–¿Es un sí? –cuestionó.
–Si –respondí secamente.
–Genial –apretó un poco el abrazo.
–Bien ahora suéltame –palmeé su espalda.
–Espera, solo un momento más... –no podía verlo, pero de alguna forma sentía que estaba sonriendo.
–¿Ya? –cuestioné un par de segundos después.
–No, un rato más.
–¡Agh! –interpuse mis manos y me aparté–. Ya fue suficiente.
Yo tenía razón, él tenía esa amplia sonrisa victoriosa en su rostro, podía ver sus encías, es una de sus sonrisas sinceras.
–Entonces, amiga –acentuó la palabra–. ¿Puedo comer ramen? Lo vi en la mesa –sonrió apretando sus labios para no mostrar sus dientes haciendo que sus mejillas se tornen redonditas.
Rodeé mis ojos y le hice una leve mueca antes de salir de la habitación para dirigirme a la cocina.
–Definitivamente tienes un desorden de personalidad –murmuré mientras ponía agua en la olla–. Cambias de estado de ánimo tan drásticamente que asustas.
Él carcajeó mientras se sentaba en la silla frente a la mesa.
–Me han dicho eso varias veces –explicó mientras apoyaba su codo sobre la mesa y la mano en su mentón para apoyarse y mirarme como un cachorrito mira a su amo.
–Lo digo sutilmente para no decirte que estás loco –recargué mi espalda baja contra el mesón de cocina y crucé mis brazos para mirarlo.
–¿Y desde cuando eres sutil conmigo? –empezó a reír–. Incluso pateaste mis bolas, por poco me dejas sin descendencia, tú eres todo, menos sutil.
–No las pateé, fue un rodillazo –expliqué orgullosa–. Y si soy sutil. Se comportarme, pero es que tú haces que se me alteren los nervios.
–¿Tanto efecto tengo sobre ti? –sonrió ladino.
–No sonrías –lo aniquilé con la mirada–, no es algo positivo.
–¿Me estás diciendo que saco lo peor de ti? –rio.
–La verdad... si –fingí que revisaba la olla para no mirarlo.
–Vaya... –su voz se tiño en recelo.
–Como sea –intenté cambiar el rumbo de la plática–. Abre la tapa, el agua está casi lista.
Bloo obedeció y yo apagué la estufa.
–Yo lo hago –Bloo me apartó con cuidado y tomó el guante acolchado para tomar la olla caliente y la llevó hacia la mesa para verter el agua en el recipiente de los fideos instantáneos, yo me dirigí hacia el sofá y encendí el televisor esperando que al tener algo más de ruido en el apartamento hiciera el ambiente entre Bloo y yo menos tenso.
YOU ARE READING
RUDE
Short Story"Sé que no soy buena para ti, ni tú lo eres para mí, pero ¿Qué debo hacer si te amo? Y tú... ¿Me amas?" ----------------------------------------------------------------- Una historia original y completamente escrita por GabyO Todos los derechos rese...