Estaba terminando de cambiarme para ir al funeral de la madre de Niko, esta noticia nos dejó en shock a todos ya que su madre se veía muy sana y además de eso era muy buena persona, cada vez que necesitaba un consejo más que el de mi madre y amigos iba a dónde ella y me recibía de muy buena manera. Siempre tan cariñosa y eso de qué ya no seguirá con nosotros nos pone mal.
Me senté un rato frente al espejo mirando mi reflejo y esperando a que mis padres me llamen para poder irnos, siento como algo vibra debajo de mi, es mi celular y tiene varias notificaciones; de diferentes app pero la que más me llama a la atención es la de Facebook, me ha llegado una solicitud.
La abro a ver quién será y pues no puede ser que este tipo siga queriendo sacarme de mi casillas y solo por una solicitud de amistad, me molesta todo. La elimino sin siquiera seguir viendo su perfil pero vuelve a vibrar mi celular, otra vez la solicitud...Ya derrotandome y virando mis ojos me llaman mis padres para avisarme que ya están listos.
-Ann, si no bajas yo misma te sacaré a patadas- me dice mi cariñosa madre *Nótese el sarcasmo*
-Ya voy- arrastro el voy, salgo de mi habitación y cierro la puerta luego me dirijo a las escaleras. Bajo por estas sin mucho ánimo.
Ya llegando a los últimos escalones digo -Ya vamonos-. Mis padres me miran y me hacen señas para que salga primero y así lo hago.
Nos subimos al auto ya cerrada la casa y nos ponemos en marcha hacia el cementerio antes de doblar la esquina para llegar se nos cruza un auto que iba a toda velocidad y impacta con nuestro auto, sentí que estábamos dando vueltas y luego de ahí todo negro.
Rose...
Ya hace rato que estamos en el cementerio y el pastor está dando por terminado el culto hacia la madre de Niko y esperando a ver si llega Ann y sus padres, cuando siento que mi celular comienza a vibrar y a oírse el rigtone, inmediatamente miro a ver de quién se trata, es un número desconocido.
Tomo la llamada y me aparto un poco del funeral para poder atender y escuchar bien.
-Hola, señorita Rose? - me dice una voz masculina que trato de reconocer pero no me llega nadie a la mente.
-Si, qué pasa? -
-Le llamamos del hospital