Changkyun es un chico de la vida galante que se gana la vida vendiendo su cuerpo.
El ha pasado por una serie de cosas muy trágica que lo dejan sin ni una opción más que trabajar en un "bar".
Y es ahí donde se enamora de un cliente.
🍂 Aparición del...
-Voy!! - Grité para salir a aquel pasillo donde esperan los clientes. En cuanto salí solo ví a un apuesto chico, estaba solo, así que supuse que el era aquel cliente del que Min habló.
-¿Hola...? - hable casi en un susurro sacándolo de sus pensamientos.
-¡Hola!,¿Que tal?- habló con una gran y linda sonrisa, ese hombre en verdad es muy apuesto, parecía irreal.
Espera...¿!Mi corazón acaba de acelerarse?!,¡Mierda!, No!.
El echó de enamorarme otra vez me da miedo. Por que sí, las "prostitutas" también nos enamoramos e incluso tenemos nuestros romances.
Solía tener un novio llamado Hoseok, Lee Hoseok. Un chico lindo de corazón humilde que conocí en la escuela el cual amaba con todo mi ser, cuando el y su familia se enteraron en lo que trabajaba sus padres le prohibieron estar conmigo, unas semana después se volvió novio de un chico lindo, alto, rico, de familia con buenos modales y con cara de muñeca, todo un principe...
Después tuve otro, Minhyuk, si esa perra pasiva era mi novio, en ese tiempo el se la daba de activo, este chico es atractivo pero al parecer le gusta recibir y así que me dejó por su ahora gran amor el dueño del bar donde trabajó.
Y luego,... Luego llega este tipo cuyo nombre aún no sé, hace qué mi corazón tiemble de la nada.
-Y dime, ¿Como te llamas? - Pregunté, con un tono más normal y audible.
-Soy JooHeon, bebé, ¿y tu?,¿Cual es tu nombre? - dijo con una voz que mata, esa voz me hizo temblar.
-C-Changkyun- joder! Jamás había Estado tan nervioso con un cliente, parecía nuevo
-Lindo nombre, pero siendo sinceros no te pagaré para que hablemos de nosotros, llévame a la habitación más cómoda que haya aquí.- Después de esas sobrias palabras me acercó a el para darme un beso, un beso insignificante, sin amor y áspero.
Solo había esperado que aquellos besos puedan cambiar algún día y ya no duelan tanto como aquel frío recuerdo.
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