Up All Night

Nuevo día.

Por fin. Por fin salgo de este infierno al que llamo instituto.
Nunca me sentí agusto aqui dentro, tanto por las clases como por la gente. Soy ese tipico chico que se sienta al final de la clase, en esa esquina solitaria de la derecha intentando pasar desapercivido. Todos con sus respectivos amigos y yo... Bueno, yo con mis dibujos. Ese era mi entretenimiento en clase.
Ellos me miraban con esa actitud tan superior, como si yo no importara nada, como si mi existencia no les causara ningún tipo de curiosidad. Me escondí un auricular entre el poco pelo que tenía, ya que mi pelo no me llega a rozar ni los hombros, y comencé a escuchar música. Invisible, yo era invisible.

Salí como siempre, teniendo que aguantar las risas y miradas de mis compañeros de clase. Me dirigí hacia ese callejón que esta a la vuelta de la esquina, pasando de largo mi instituto. Era un callejón lleno de pintadas insignificantes, de frases depresivas que seguramente yo habría escrito en uno de mis muchos días grises. Necesitaba relajarme.
Saqué un cigarrillo, lo encendí y poco a poco el estrés se liberó de mi cuerpo marchandose a un lugar que aún desconozco. Algo me dijo que dejara ese cigarrillo, alguien me lo tiró al suelo, alguien me abrazo por la espalda. Lo note, lo sentí. Pero en cuanto en giré sentí un terror inmenso, allí no había nadie.
Absolutamente nadie.