¡Diciembre Dinámico! ~Embajadores~

Incendio en Bratislava

"EL CIRCO WACOMORO LLEGA A BRATISLAVA
¿Se lo perderán?
¡Podrán encontrar leones, elefantes, malabaristas, acróbatas, tragafuegos y mucho más!
Desde el miércoles 12 de febrero hasta el martes 25 del mismo mes. Los esperamos"

- ¡Por favor madre! Tiene que dejarme ir, es la primera vez que viene un circo a la ciudad y todos mis amigos ya han ido. Solo quedan tres días antes de que el circo se vaya.
- No lo se, sabes que no me gusta para nada el maltrato hacia los animales. Además se realizan cosas muy arriesgadas y peligrosas, podría ocurrir cualquier accidente.
- Vamos madre, déjeme. Le prometo que me comportaré.
- De acuerdo Isabella, pero debes ir con David. Así estaré segura de que nada te pasará.
- Si madre, como diga.
La pequeña fue corriendo hacia la casa de su vecino y tocó a la puerta. David era su mejor amigo y tenía la misma edad que ella, pero era un chico muy valiente que siempre protegía a su amiga. Cuando el muchacho abrió la puerta Isabella exclamó:
- ¡David! Por favor ve conmigo al circo. Sé que aún no has ido y mañana es el último espectáculo. Di que sí, te lo suplico.
- De acuerdo, quédate tranquila. Iré contigo - el joven esbozaba una gran sonrisa. - Pasaré por ti mañana a las ocho.
- ¿Cómo sabes a qué hora es la función?
- Yo también iba a pedirte que me acompañaras. Mañana nos veremos.
- Muchas gracias David, hasta luego. - la jovencita fue hasta su casa con una gran sonrisa dibujada en el rostro.

A la mañana siguiente Isabella ya estaba lista cuando David llegó por ella, y juntos se fueron hacia el circo. Cuando llegaron a la entrada, pudieron observar que había una gran fila de personas esperando a entrar y el joven propuso:
- Escúchame Isa, deberíamos intentar ingresar por la parte trasera, quizás allí logremos entrar más rápido.
- De acuerdo - respondió la muchacha, aunque no estaba muy convencida.
Ambos niños se dirigieron a la parte trasera y pudieron ver parte de la preparación de los acróbatas. David, que era muy curioso, cuando vio a los tragafuego practicar dijo:
- ¡Mira Isabella! Debo intentarlo.
- David no. No sabes como lo hacen, además no es fuego lo que ellos utilizan.
- No importa, lo intentaré.
Su amiga quiso detenerlo, pero ya era demasiado tarde. El muchacho, que ya fumaba pese a su corta edad, sacó una caja de fósforos de su bolsillo y encendió uno. Mas luego de prenderlo, el chico se quemó la mano y soltó el palillo. Este, encendido todavía, cayó sobre la tela de la carpa y poco a poco el circo comenzó a incendiarse. Los chicos intentaron apagarlo pero no tenían los materiales necesarios y entraron a la tienda para advertir a los artistas. Automáticamente estos comenzaron a proteger a los animales, pero el fuego seguía creciendo.
Al día siguiente, los periódicos informaban al pueblo sobre la tragedia y la lamentable muerte de 50 personas, entre las que se encontraban 48 artistas y dos niños.

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