La única. N H

Your house.

Euforia, es un sentimiento muy fuerte para ser descrito en una sola palabra, felicidad, esa sería su definición más cercana. Muchos decimos que la sentimos pero solo es felicidad y los que realmente la sentimos es un estado de shock , en que la felicidad, la tristeza, el amor, la nostalgia y el dolor se mezclan entre sí dejándonos sin palabras para describirlo.

Ante mis ojos se encontraba lo que siempre anhelé ver, lo que he querido hacer reír a carcajadas durante muchos años y por más difícil que me resultara reconocerlo, estaba ante mí. La mayor parte de mi sabía que el estar muchas horas sin comer ni beber y mucho menos dormir estaba afectando rápidamente a mi cerebro pero, se veía tan real.

-Necesito tu ayuda- lo escuche decir. ¿Era a mí?

Cada segundo pasaba más lento, era como si fuese mi droga, en realidad era mi droga y la tenía enfrente de mi tentándome, sentía mis ojos parpadear lentamente, estaba perdida.

-¿Estas bien?-pregunto de nuevo pero mi mente no llego a comprender sus palabras.

-Por favor dime algo. Maldición sabía que esto era mala idea- maldijo pasando sus manos por su cabello desesperado y caminando de un lado al otro.

-Y-yo...-logre decir al fin.

-Estaba pensando seriamente que no sabías hablar- dijo riendo, esa risa... era el, claramente yo no estaba soñando, lo escuchaba, lo veía y lo tocaría pero mis dedos no lo soportaría.

-Tu...- una lagrima cayo, no sé porque, ni como solo se derramo como si no necesitara mis ganas para hacerlo- eres... N-niall-termine mi difícil oración, temiendo por su respuesta.

-Si soy yo, y por favor no vayas a gritar-sonreí inmensamente, y las lágrimas volvieron a salir solo que más rápido, tape mi boca con mi mano evitando hacer lo que él no quería.

-¿Estas bien? Estas roja y llorando, mierda ¿te vas a desmayar? -pregunto alarmado, negué con la cabeza incapaz de hablar o de gritar si quiera.

Descubrí mi boca y limpie mis ojos con mi suéter, y lo mire, sus ojos se veían oscuros por la noche pero aun así confirme mis sospechas sobre su color de piel, blanca como un papel o como la misma leche y yo odio la leche, solo que en este preciso momento, la amo.

-Y-yo... l-lo siento... solo que estas enfrente... de mi- dije, pero no estaba consciente de ello, estaba concentrada en su cabello y en su nariz, moría porque volteara su mirada y poder ver su ojos más cerca.

-Si lo sé, y también sé que necesito tu ayuda- suplico.

¡Y este es el momento donde toda directioner muere, esta pidiendo MI ayuda, a mí! ¡¿Por qué? No sé, pero me pidió ayuda a mí !

-¡SI!-grite y el me miro con el ceño fruncido, aclare mi garganta- digo-si claro lo que sea- dije mirando el suelo.

Tenía una gran lucha con las esquinas de mis labios para no ir hacia arriba y sonreír como psicópata.

-Necesito que me ayudes a buscar algún hotel, cerca de aquí- dijo moviendo sus manos.

Fruncí en ceño, no había hoteles cerca al menos no que yo supiera pero aun así intente recordar pero seamos sinceros, NADIE puede pensar cuando tiene a Niall enfrente.

-N-no hay ninguno cerca de aquí, el más cercano está a unos 800metros, en auto- dije casi segura.

-Maldita sea- golpeo la pared haciendo que yo diera un pequeño salto.

-¿Por qué no vuelves a tu hotel? ... no está muy lejos de aquí -dije suave, no quería que sus nervios se alocaran.

Sé que soy la persona más tonta del mundo por decirle que se vaya pero se ve está enojado y no me gusta verlo de esa forma, por más sexy que se vea.