El lunes después de su fiesta de cumpleaños, Jen se encontraba en la práctica de las porristas. Había sido un día particularmente largo, difícil de soportar de no ser por su mejor amiga. Algunas personas la veían pasar junto a ella o a Ethan y comenzaban a murmuraban. No eran muchos, pero no dejaba de ser molesto. Le agradaba tener atención, pero no de ese tipo; no podía evitar sentir que se estaba perdiendo de algo que ellos sí sabían.
Lo mismo le sucedió con Courtney, una de sus compañeras de equipo. Ella era una muchacha excesivamente delgada y resentida, de cabello oscuro y piel morena, que ansiaba ser la subcapitana y quedar en reemplazo de Brittany cuando ella se fuera a la universidad. Que Jen hubiera sido la elegida le había sentado terriblemente mal, y desde entonces, los malos comentarios que le dirigía eran ya rutina durante sus prácticas.
Aquel día, la había estado atormentando con referencias a la fiesta y, más incómodo aún, con comentarios maliciosos acerca de algunos momentos en los que Ethan había desaparecido. Sus insinuaciones respecto a su novio la estaban poniendo de muy mal humor, y solo lograba picarla más el hecho de que criticara sus figuras y saltos.
Fue por eso que, cansada, se dirigió hacia ella, provocando que las demás animadoras las miraran, e incluso, también, algunos de los chicos de atletismo, que corrían por la pista cercana al lugar donde ellas estaban entrenando.
—¿Cuál es tu problema, Courtney?
—Que creo que la subcapitana debería ser una persona apta para el puesto, que sea capaz de hacer las piruetas más complicadas con los ojos cerrados.
—Oh, ¿y crees que alguien como tú sería mejor? —preguntó Jen, irónica.
—Pues, sí.
—Chicas, ya basta —intervino Brit, colocándose entre ellas. Ninguna de las dos volvió a hablar, pero ambas se miraban echando chispas por los ojos—. Okey, equipo. Eso es todo, continuaremos mañana. Vayan a los vestuarios.
Las chicas comenzaron a moverse pero algunas se retrasaron, entre ellas Brit, quien le decía a Jen que no debía ponerle atención a los comentarios envidiosos de algunas personas. Los chicos del equipo de atletismo también acababan de terminar su entrenamiento, por lo que se encaminaban a sus vestidores, y para hacerlo debían pasar cerca del lugar donde estaban las animadoras.
Courtney se acercó junto con dos de sus amigas hacia donde estaba la capitana, y con una sonrisa malvada se dirigió a Jen por encima de su hombro.
—Además, una subcapitana debería ser menos tonta. ¡Abre los ojos con respecto a ese noviecito tuyo!
—¡Basta, Courtney! —Brittany le dirigió una mirada cortante, que Jen atribuyó a su deseo de defenderla.
—¡Deja de decir tonterías! —gritó la rubia, harta de todo aquello.
—¿Tonterías? —Se carcajeó— Yo no diría que son tonterías que tu novio ande por ahí con otra… Pero si quieres una segunda opinión, ¿por qué no le preguntas a Brit?
Jeniffer se sintió furiosa. No solo aquella chica se atrevía a meterse con ella, con su forma de actuar como porrista, sino que, además, involucraba a Ethan, sosteniendo que él la estaba engañando… ¿Y buscaba hacer a Brittany parte de todo aquello? ¿En verdad pensaba que ella lo creería? ¡Era una ridícula!
El enojo y la indignación golpearon fuerte en ella cuando gritó a todo pulmón.
—¡Cierra la boca de una vez, Courtney! ¡Vas a arrepentirte!
En aquel momento se levantó un viento muy fuerte que rodeó a las chicas y a los muchachos que pasaban cerca en dirección a los vestuarios. La fuerza del aire se manifestó especialmente alrededor de la morena y de su coro de reidoras que festejaban cada uno de sus comentarios, con tanta suerte que le levantó a las tres la falda del uniforme, manteniéndola arriba aunque ellas intentaran bajarla.
ESTÁS LEYENDO
La melodía del viento (Elemental 0.5- Precuela) #Wattys2015
FantasyLa armonía y el equilibrio son esenciales en todos los aspectos, desde la vida de una persona hasta la naturaleza. Sin ellos, todo se derrumba y prevalece el caos. Eso le sucedió a Jeniffer Andrews cuando, a sus dieciséis años, descubrió que su vi...