- Sabía que eras celosa -murmuró con cierta tranquilidad.
-Algún día sabré si tú también lo eres, Erik "me ofrezco a lavar trastos" Walker.
- Posiblemente no lo sepas, porque nunca te veré: Dem "yo te ayudo" Chesset.
-Se darán las circunstancias y... ¡Ay Dios mío! Esto es ridículo, ¿desde cuándo se planean los celos? -solté una carcajada y negué para mí misma-. Ya, mejor dime si vas a quedarte un poquitín más.
- Tengo que ir a ver dónde anda Parker -murmuró mientras soltaba un suspiro- ¿por qué no invitas a Tamar? Tal vez el verla...
- ¡Sí! -saqué mi teléfono rápidamente y busqué su número en mi agenda. No dudé dos veces en oprimir el botón verde. Apenas ella contestó, yo ya me encontraba hablando también-. ¡Tamar! ¿Quieres salir con nosotros? Ya sabes... Parker, Erik...
- ¿Cuando? -preguntó, escuché que había demasiada gente con ella- Estoy ahora en una pasarela, ¿puedes pasar por mí?
-Le pediré a Parker que pase por nosotros y vamos por ti. ¿A qué horas termina?
- Las cinco -murmuró en un grito-. ¡Te veo entonces!
Colgué y miré a Erik quién lavaba el último plato-. Dijo que a las cinco se desocuparía. Está en una pasarela. ¿Vas a avisarle a Parker?
- Bien... -murmuró secando sus manos con una toalla y tomando su teléfono del bolcillo- Llamar a Parker.En su teléfono apareció una fotografía de Parker y su voz apareció del otro lado de la línea en alta voz.
-¿Eh? -contestó.
- Necesito que te pongas guapo... -comenzaba a renegar- no comiences, te gustará... por favor, solo arréglate, saldremos.
- ¿A qué horas en tu casa?
- Tamar viene, así que... necesito que de verdad tengas otra actitud -murmuró Erik- Lo digo enserio cabrón, sino me obligarás a golpearte con el bastón y no será bonito. A las cuatro treinta.
-Llegaré puntual, lo prometo -colgó y Erik guardó su teléfono en el bolsillo. Escuché un suspiro y negó después.
-Su humor cambiará, sino te ayudaré a golpearlo.Salimos de la cocina y Christian ni mamá se encontraban en el comedor. Scott y Jess se encontraban viendo televisión y tomé a Erik del brazo para dirigirnos hacia ellos. Tenían mucho tiempo sin verlo y es imposible no pensar que quieren tener tiempo con él. Más Scott.
-Erik, superé mi record en Mario Kart y superé a Dem también -le dijo Scott mientras aplaudía y yo me crucé de brazos.
-Tu hermano me hizo puré, literal -hice un puchero y el pequeño rió malévolamente. Me senté en el suelo con Erik a mi lado y pretendía estar distrayéndome con mi teléfono, cuando solo me tomaba fotografías. Ellos sin embargo comenzaron a hablar sobre todo y nada, principalmente lo que pasaba en casa, lo que pasaba en la escuela y los problemas que tenía. Aunque Erik se había quedado sin la posibilidad de ver, no parecía ser un problema para nadie en lo absoluto. Especialmente cuando había demostrado ser independiente. Aunque aún necesitaba ayuda para llegar a lugares que no conocía, trasladarse a la universidad y además moverse en ella ya no era un problema. Sus hermanos parecían no notarlo, pero cuando se iba, a ellos les cambiaba la cara y eso lo sabía. Sabía que extrañaban a su hermano y era entendible. De pasar de verlo todos los días a dejar de verlo, era algo que simplemente no puedes acostumbrarte de un día para otro. Quizá él después de esto quiera venir muchísimo más seguido, eso le haría bien a todos aquí. El reloj marcaba las tres y media de la tarde. Solamente quería que fueran las cinco para ver el rostro de Parker al ver a Tamar. Faltaban un par de minutos para que Parker llegara por nosotros, le había pedido a mi madre permiso y aunque no estaba demasiado de acuerdo, le alegró saber que era plan de Tamar el que saliéramos todos juntos. Tal vez porque sabía que Erik estaría 'ocupado' con ella en vez de conmigo. Y cuando escuché el claxon del auto de Erik fuera de la casa, me levanté y él también lo hizo. En la calle se encontraba Parker dentro del auto. Abrí la puerta de la parte trasera y le indiqué a Erik que entrara. Así cuando Tamar saliera de la pasarela de modelaje... estaría al lado de Parker, quizá para animarlo un poco.
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Who's lovin' you? (Minna y Bere)
Novela JuvenilPor esas veces en las que amaste profundamente y no te arrepientes de nada.