01 - Criatura - CF30 {Saga Experimentos} {Corrigiendo} Terminada

13 - El Fruto De Un Monstruo Y Una Pesadilla

Ya han pasado dos semanas y media de la ida al hospital y puedo decir que me encuentro bien. Jack se encuentra mucho mejor y en una semana más le quitan las suturas. Si lo hubieran visto, estaba rojo e hinchado como un tomate; no me habla, no me quiere ni ver; pero estoy hay de todos modos dando apoyo. Kuroi sigue odiándolo pero con el hecho de que estuve mal en esa semana lo dejó pasar. Aunque sé que en cualquier oportunidad que tenga lo partirá por la mitad, se nota en su mirada cada vez que pregunto cómo va el castaño.

De lo que me voy a quejar respecto a su cuidado es que no me deja salir a trotar por la urbanización. Excusa: ninguna. Solo no quiere que fuerce mi cuerpo por todas las lesiones que tengo, bueno; que tenía, ya que todo está curado. Me desanima el hecho de mi aumento de peso. Tengo una barriguita de no hacer ejercicio y comer dulce 24/7; no voy a iniciar clases con ella. Mucho menos año nuevo, que para eso falta un mes. Estoy curada, solo un par de rasguños; necesito volver a mi vieja vida. Aunque sea en algunos aspectos.

Otra cosa que me complica más la vida, tengo las caderas más anchas que antes, haciendo casi imposible que me suban los pantalones. Mis tetas también están un poco más hinchadas; pero todos estos cambios parecen fascinar y encantar a Kuroi. Según mis amigas son cambios normales. Yo vi eso luego de que Camila llevaba un mes y se le marcó la cintura, las caderas más anchas y le salió nalga. X, Kathi igual. Teddy no por ya ser exuberante.

Lo que sí ha molestado bastante a todos son los policías preguntando por mí. Obviamente no les he dicho que yo soy Gina, ni mucho menos. Pero seguro ya saben, deben saberlo. Sin embargo si me doy cuenta de que se la pasan espiando la casa, pero por suerte Kuroi no ha salido en todo este tiempo; a veces solo se queda en el techo para ver el cielo y en otras ocasiones se acurruca conmigo. Puedo decir que se volvió algo sobreprotector. Pero desde que lo conozco es así, solo que ahora es peor. Considerando las cosas que han pasado, teme lastimarme. Pero ha hecho lo que puede para demostrar que me quiere con detalles y caricias, ayudando en todo lo que le pido.

Hoy estoy con las chicas en un centro comercial comiendo una merienda. Puedo decir que tengo hambre, pero la comida me sigue dando asco. Y no es por la visión, es el olor. Es tan fuerte para mí, que marea, y mi mente no ve algo rico ve cualquier veneno latente. Detesto esa sensación, lo poco que como son ensaladas o sándwich de pollo y pescado; a veces —aunque pocas—, algún fruto del mar. Como porque me obligan a comer. Las chicas y Kuroi están preocupados porque me salto comidas importantes. Lo suplemento con jugos y pastillas de vitaminas o hierro y calcio. Así no me veo como un fantasma.

Brayan, Noah y Kuroi están por quién sabe dónde haciendo quien sabe que, me causa algo de temor el no saber que hacen o que hablan, Kuroi todavía es muy "inculto", por así decirlo. Por lo menos el pelirrojo no está molesto, trata más bien de llevarse bien con el oji-verde. Presumo que prefiere ser su amigo y no su enemigo en caso de cometer una estupidez.

Saben algo que olvida mencionar, Wuinderly fue quien le dio la primera botella de alcohol en la fiesta al oji-verde; y la segunda, y la tercera. En total le dio como 10 antes de que él solo fuera a por más. Me molesté, claro que sí. Los vídeos se esparcieron por las redes y estuve bajo el microscopio una semana. Después de eso nada, excepto por el incidente aislado en el patio. Aún quedan rumores.

— ¿No vas a comer o qué? — Cuestiona Bárbara tragando su último pedazo de pastel.

— Ni pienses que te lo daré, solo que no puedo en este momento — Digo cerrando la cajita para pastel que lo contiene. Ni debería comerlo sabiendo la barriga que tengo pero en su momento fue un antojo —. Cambiando el tema de que tengo un nudo en el estómago... ¿Qué vamos hacer este diciembre?

— Ni se te ocurra ir a acampar... — Me advierte Cami, tuerzo los ojos con diversión.

— Ni se me pasó por la mente. Ya aprendí mi lección.