4 | Demonio

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EDITADO

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Su cabeza dolió desde el momento en que abrió los ojos y la luz impactó contra estos. Solía cerrar las cortinas de su habitación para evitar ese tipo de situaciones, por lo que el dolor pasó a segundo plano cuando se preguntó dónde estaba con exactitud. No era difícil percatarse de que esa cama no era la suya, porque lo normal sería tener a Holly cerca en lugar del perfume que lo envolvía; así que su casa no podía ser, y tampoco se sentía como la cama del cuarto de huéspedes de KiHyun o JungKook.

Así que, sin permitirse abrir aún los ojos, hizo un recorrido por todas las personas con las cuales se reunió el día anterior, encontrándose con dos posibles sujetos que se apiadaría de él. Con KiHyun en la tarde, y en la noche, la presencia de Park JiMin era la única que su memoria era capaz de reconocer.

Y no quería creerlo, pero era inútil negarlo. Se encontraba en la casa de Park, y si eso era difícil de imaginar, prefería ignorar el estado en el cual debió de estar para que este decidiera llevarlo consigo.

Abriendo sus ojos, se estiró en la cama, tomó asiento y repasó cada centímetro de la habitación. Altos techos con uno que otro tubo visible fueron el primer aspecto que llamó su atención; solo había visto eso en los estudios de arte de Nueva York, por lo que verlos en Corea ya de por sí era raro. Además, dos exhibidores de ropa yacían a un costado de una amplia ventana con vistas a los rascacielos del centro. Un pequeño sillón ocupaba el espacio inferior de esta, junto a una mesa de noche donde una pila de libros servía de decoración.

En la ventana, de un lado a otro, había una cuerda con polaroids, y a su costado un escritorio con una computadora y un par de parlantes. Además, la cama era lo suficientemente grande para que entraran por lo menos cuatro de sí mismo, con sábanas azules y blancas, siendo el único elemento de color que lograba apreciar desde su posición.

Era una habitación simple, pero podía afirmar con seguridad que gritaba el nombre del de cabellos rosas.

—Sunbaenim —YoonGi dejó de detallar el cuarto para ver al dueño de la casa salir del que supuso era el baño—. Lo siento, no quería despertarlo.

—No lo hiciste, Park —bajó la cabeza intentando no ver por más tiempo el abdomen descubierto del menor, pero cuando lo hizo prefirió nunca haber despegado los ojos de la acaramelada piel. Su pecho estaba también al descubierto, y solo en ese entonces notó la suavidad de las sábanas contra sus piernas—. Yo... Tú...

—No tiene nada de lo cual preocuparse. Anoche creí que descansaría mejor sin ropa, así que me tomé el atrevimiento de... Siento haberlo hecho sin su consentimiento.

Soltó el aire ajustando la sábana a su cintura.

—Supongo que debería agradecerte antes de escuchar las alarmas. No me molesta que lo hayas hecho, solo me tomó por sorpresa.

Rivals || YoonMin/JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora