The only exception (Niall y tu)

Capitulo 4: Palos de Golf

Cuando volví a abrir los ojos, algo andaba mal, ya no me encontraba en la cocina.

Comencé a mirar hacia todos lados pero no reconocía aquel lugar, era una habitación asquerosa con basura en todos lados, yo estaba recostada en una cama para nada cómoda y cuando intente levantarme me percate que tenía las manos y pies amarrados a la cama, forcejear no servio de nada, estaba muy bien atada.

Justo enfrente de la cama estaba la puerta de metal, que tenía un pequeño agujero que tenía vidrio y no estaba tan lejos de la perilla, si encontrara una manera de desatarme podría llegar ahí romper el vidrio y abrir desde afuera.

Comencé a escuchar pisadas, botas de hule, y tacones, la puerta comencé o abrirse y mi primer instinto fue cerrar los ojos y rogar porque no me hicieran nada.

-¿Crees que alguien la venga a buscar?-dijo la voz masculina, como de una persona de 40 y algo.

-La he estado investigando y ella es huérfana, nadie se preocupara en venir a buscarla.-respondió la mujer con un acento ¿cubano? su voz se escuchaba suave pero algo ronca, también era una mujer mayor.

-Eso espero, ¿podrías darnos privacidad?

-Esta bien, Fernando, pero no te tardes que pronto llegarán los clientes.
Al terminar de hablar, se escucho el sonido de la puerta. El comenzó a caminar en mi dirección, no sabía que hacer, estaba completamente indefensa, el comenzó a moverme y no tuve más opción que abrir los ojos. El era un hombre viejo, tenía una barba gris, y los ojos más penetrantes del mundo, me miraba con lujuria.

-No alcanzará el tiempo para todas las cosas que quiero hacer contigo.

Dicho esto comenzó a intentar abrir mis piernas, comencé a sollozar, aplique todas las fuerzas para que el no pudiera abrirlas y muchos pensamientos vinieron a mi cabeza, preferiría desmayarme así no sentiría nada.

-La pasaremos genial.

*******
Cuando abrí los ojos me percate que había sido un sueño, pero un sueño bastante real, estaba sudando y mis mejillas estaban mojadas, de las lágrimas que había derramado en mi pesadilla.

Estaba en otro departamento que no conocía pero a diferencia del anterior este era limpio, no estaba atada ni tenía a alguien intentando violarme.
Me levanté de la cama que olía a un perfume bastante intenso y masculino.
Inspeccione el cuarto en busca de algo que pudiera usar como arma, lo único que encontré fueron unos palos de golf, tome uno al azar y salí de la habitación, camine volteando hacia todos lados hasta que vi a un chico lindo de espaldas a mi y sin camisa, escuche atentamente su voz y lo recordé "¿Estas bien?"

Era el mismo chico de la fiesta, regrese al cuarto y deje el palo en su lugar, no quería que pensara que soy una psicópata. Estaba tan pérdida en mis pensamientos que no me di cuenta que la puerta se había abierto.

-Si, ella ya despertó.-Dijo sosteniendo un teléfono en su oído hubo una pequeña pausa y continuo.-Esta bien, te espero.

La llamada finalizo.

-¿Por qué estoy aquí?- pregunte tratando de ocultar mi preocupación y mi curiosidad.

-Estas secuestrada.