-Pues no vas a poderle ver.
- ¿Por qué no?
- Porque acaba de irse al vagón-restaurante para almorzar.
- ¡Vaya! – dijo Tom, contrariado –. Bueno, yo también tengo hambre. Creo que voy a ir a tomarme un buen filete.
Camino al coche-restaurante, Tom se detuvo a comprobar sus finanzas. Sus padres sólo le habían dado dinero para que se tomara una hamburguesa a la hora del almuerzo, pero él tenía que seguir al hombre del maletín. En fin, se gastaría ahora el dinero de la cena y pasaría hambre por la noche.
En el vagón-restaurante divisó a la señora Ruggles sentada sola ante una taza de té. Ella le sonrió contenta y le hizo una seña, pero en aquel momento vio al hombre del maletín, solo, en otra mesa.
Tom se dirigió lentamente hacia la señora Ruggles.
- ¡Hola! – dijo, buscando afanosamente una excusa.
-Siéntate, por favor –dijo la señora Ruggles. Es una suerte que aparezcas justamente cuando empezaba a sentirme sola.
- Me encantaría sentarme con usted, pero no puedo.
- ¡Oh! –dijo la señora Ruggles, sin poder disimular su contrariedad –. ¿No vas a almorzar?
- Sí, pero...- a Tom comenzaba a arderle el rostro -. - Yo..., es que prometí almorzar con otra persona.
- ¡Ya! - Evidentemente, la señora Ruggles comprendió que Tom estaba mintiendo, pero sonrió -. Diviértete, pues; ya te veré luego.
-Seguro –dijo Tom, avergonzado.
Se alejó, sintiendo mucho haber tenido que herir los sentimientos de la anciana, pero un detective no debe ajustarse a ninguna norma.
El hombre del maletín estaba leyendo una carta, y al ver acercarse a Tom, la guardó, fingiendo estar mirando por la ventanilla.
-Hola –dijo Tom, sentándose a la mesa -. ¿Le importa si me siento con usted?
El hombre miró a Tom con una sonrisita.
-No parece que tenga otra elección.
Tom le alargó la mano.
-Me llamo Tom Austen.
-A mí puede llamarme señor Faith. –El apretón de manos de aquel hombre fue rápido y débil-. O señor Hope, o señor Charity.
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Asesinato En El Canadian Express
Novela JuvenilTom usten, un muchacho canadiense que acaba de terminar el curso escolar, viaja en este ferrocaril, el de mayor recorrido del mundo sale diariamente de montreal y emplea tres dias en llegar a su destino, vancuver