Siete años antes...
—Tony... —gimió Steve tratando de proteger a su omega, intentando impedir que se lo llevaran, pero, así mal herido como estaba, no podía hacer nada más que sangrar sobre el sucio piso de madera.
—¡Steve, despierta!, ¿Que pasó?
Sintió que alguien lo intentaba despertar con ímpetu, al abrir sus ojos vio a su amigo de toda la vida.
—Tony... Se lo llevaron—susurró con pesar, odiándose a sí mismo por sonar tan miserable y por no haber sido un alfa lo suficientemente fuerte para proteger a su omega.
—Jesús, iremos por él, hermano, te juro que lo rescataremos...
—No, en esta condición no puedo, ni siquiera puedo valerme por mi mismo y lo único que haré es causarle más daño, llama a Nat y dile que proteja a Tony—Steve se levantó del suelo con dificultad—mañana, desde mañana entregaré mi cuerpo y alma con tal de conseguir el poder que necesito para proteger a Tony y una vez lo obtenga, juro por mi sangre que tomaré mi venganza.
Steve miro a su amigo con un puño ensangrentado levantado, sus ojos de pronto se habían tornado rojos, algo que a James causó cierto desasosiego, ya que jamás lo había visto de esa manera.
Aquella noche ninguno pudo dormir debido a los acontecimientos, Steve no hizo otra cosa más que contemplar un retrato de Tony que él había hecho con sus propias manos, se veía tan hermoso que le dolía. Lo amaba tanto que le dolía el alma no tenerlo cerca.
Desde aquella noche, todas y cada una de ellas contemplaba el retrato de Tony después de un día duro de trabajo, entre entrenamiento y entrenamiento, por fin llegó su oportunidad de obtener el poder que necesitaba.
Venía en forma de una botella, pero no le importaba, nada importaba más que obtener fuerza para proteger a su omega, entonces, cuando creyó que el dolor físico era soportable mientras le inyectaban el suero, comenzó a pedir la muerte de un instante a otro.
Aquel suero, lo único que tenía que hacer era dotarlo de súper fuerza y velocidad, pero, al parecer obtuvo más que eso, ya que durante el proceso se activó su transición. Se dotó de más fuerza de la que podría imaginar y era más rápido de lo que podía creer, su cuerpo creció de sobremanera y sus sentidos se activaron. Mientras miraba su nueva apariencia en el espejo, recordaba como había reaccionar tras el ataque suscitado en la base donde se encontraba, no podía creer que todo aquello fuera real.
—Eres enorme—Susurró la agente Margaret Carter,—Peggy para los amigos—una alfa encargada de una división anexa al ejército.
—Ciertamente, lo soy—coincidió Steve.
—Debemos irnos, saldremos a Berlín esta misma noche.
Steve asintió, sabiendo que de ésta incursión dependían varias vidas, siendo la de Bucky una de ellas, no podía hacer otra cosa más que participar en el rescate. Debía rescatar a su hermano y regresarlo a salvo a los brazos de su alfa.
[•••]
"He caído en una emboscada, mi nombre es James Barnes y soy el omega de Natasha Romanoff... "
Se repetía una y otra vez Bucky mientras era sometido a un lavado de cerebro, cortesía de sus captores, esta vez Hydra se las había jugado participando en una guerra que sabían que perderían, pero, no lo harían sin llevarse alguna ganancia de todo esto.
Llámese ellos, los prisioneros de guerra, quienes eran sometidos a experimentos para reproducir un suero extraño que los haría fuertes y con sus métodos de persuasión, los haría sirvientes sin voluntad, por eso querían a los omegas, por eso lo querían a él.
Lo único que lo mantuvo cuerdo durante toda aquella tortura fue pensar en Natasha, en el color de sus ojos, el color de su cabello, su aroma dominante y en la textura de su piel, recordar aquella sonrisa lo sacaba del abismo del olvido cada vez que el lavado surtía efecto.
El dolor era insoportable, si, pero, aguantaría todo lo que pudiera allí con tal de volverla a ver; entonces, cuando pensó que quizá no saldría nunca— considerando los meses que llevaba preso—apareció él.
Un hombre alto y fornido, un alfa de alto rango—según su omega interior— iba partiendo cráneos y pateando traseros mientras liberaba a los prisioneros.
—Al fin te encontré—Aquel hombre tomó su rostro y besó su frente una vez que lo liberó de las cadenas que lo mantenían atado a la pared de su celda.
—Amigo, estoy comprometido y si me vuelves a tocar, mi alfa te desollará vivo.
—Soy yo, hombre, Steve.
Bucky miró al hombre por primera vez, el color de sus ojos, su sonrisa y rostro angelical estaban allí, aspiró profundo para percibir su aroma, no había duda, era su hermano.
—¡Estas enorme!
—Si, ya me lo han dicho.
Ambos hombres salieron de allí acabando con todos sus enemigos y con sus camaradas a cuestas que se encontraban presos al igual que él.
—¿Te haz comunicado con ellos?—preguntó Buck una vez salió de la enfermería.
—Lo he intentado todos los malditos días, pero no logró hacerlo, han intervenido las líneas.
—¿Intentaste clave Morse?
—Si, pero no obtengo respuesta, temo por Tony y por Natasha.
—Ellos están bien, lo sé, mientras ambos estén juntos, estarán bien—James quería confiar en eso.
No tuvieron mucho tiempo de pensar en lo que sucedía a su alrededor debido a que sus superiores, al ver el éxito de la ultima misión, los hicieron conformar un comando y los enviaron de misión en misión a distintas partes del mundo.
En una de aquellas, les tocó volver a casa, no se lo pensaron ni dos veces y buscaron a sus respectivas parejas, pero no hubo suerte, allí se enteraron que habían abandonado su casa desde hacía un par de años y nadie supo darles razón.
Con el corazón en un puño se dirigieron a la siguiente misión, la cual los separaría por un par de largos años.
Lo único que recordaba Bucky era que había caído de ese maldito tren y que luego había despertado con un brazo que no era el suyo y más grande de lo que había sido alguna vez. Habían experimentado con él de mil y una forma, pensó muchas veces en que perdería la cabeza, pero su esencia se mantuvo gracias al mantra que rezaba todos los días:
"mi nombre es James Barnes y soy el omega de Natasha Romanoff... "
Un día, tras dejarlo mal trecho debido a los lavados de cerebro, escuchó una conversación por demás interesante.
—Esa maldita mujer es el demonio.
—Acabó con veinte de los nuestros en un parpadeo.
—Los altos mandos no se equivocaron cuando dijeron que era una descendiente digna de los Romanoff.
—Y ese maldito hombre de hierro y los otros también son un dolor en el trasero, debemos enviar al Soldado a terminar con ese grupo de idiotas.
"Romanoff"
En ese momento algo dentro del soldado se activó y logró romper sus cadenas y con una impresionante sangre fría, acabó con sus captores. Quemó aquella base hasta los cimientos después de liberar a los prisioneros, luego de eso, anduvo vagando por el país hasta que dio con el muelle y subió de polizón a un barco de carga que iba para Londres, una vez allí fue más fácil orientarse, conocía la ciudad.
Tomó un poco de dinero que había cogido de la base destruida y alquiló una habitación en los suburbios de la ciudad, necesitaba establecer su mente antes de buscar a Natasha y a Steve, pero antes, debía terminar con un par de trabajos.
En una de esas incursiones a las bases que eran dominio de Hydra, fue que encontró a Peggy Carter y con ella, a Steve, quien resultaba que también había estado fuera de circulación, congelado en el hielo por un par de años.
—Steve...
—¿Bucky?
Ambos amigos se abrazaron con fuerza, intentando ocultar sus lágrimas de alegría al haberse encontrado y saber que ambos estaban vivos.
—¡Estas enorme!—exclamó Steve—Dios, amigo, ¿que le pasó a tu brazo?
Bucky negó, dándole a entender que era una conversación que tendrían para después.
—Bien, muchachos, es hora de volver a casa— anunció la agente Carter.
[•••]
Presente...
El cerebro de Bucky no podía asimilar lo que estaban viendo.
—No puede ser...
—Las pruebas están ahí, ellos nos traicionaron—soltó con tranquilidad Steve.
En su ausencia, Peggy había ordenado por ellos que investigaran sobre sus respectivas parejas, los informes estaban allí, frente a sus ojos, llenos de documentos y fotos pero no podía asimilar que Natasha y Tony se hubieran casado a penas cuatro meses después de que ellos hubieran partido y, por si fuera poco, tenían un hijo.
—Debe haber alguna explicación.
—Ellos nos traicionaron, Buck, no hay más explicación que esa.
—No, ellos no harían algo así, nos aman...
—¡Tienen un cachorro, maldita sea!, ellos tienen al hijo que debieron tener con nosotros... —Steve estaba claramente herido y no entendía razones.
Y no era para menos, resultó que, mientras ellos estaban pasando un infierno en la guerra y después de ésta, resulta que el amor de sus vidas los traicionaban y hacían añicos sus sueños de su tan ansiado reencuentro.
—Steve, nosotros desaparecimos, no dimos señales de vida en todo este tiempo, es normal que ellos hayan querido continuar con sus vidas—Esas palabras dolían, más aún cuando lo único que lo había mantenido cuerdo era la esperanza de encontrarse con su amada alfa.
—No, ellos nos traicionaron, ellos debían esperarnos, él rompió sus promesas y va a pagar caro por ello.
Los ojos de Steve se volvieron a tornar de rojo como tantas veces había visto a lo largo de los años en el fragor de la batalla.
—Es oficial—Peggy llegó con una carpeta de color negro y la lanzó en la mesa— Anthony Stark llega mañana por la noche al país, tiene una celebración a la cual asistir en honor a los caídos en guerra.
Los ojos de Steve volvieron a la normalidad tras escuchar aquello, no cambia duda, aún lo amaba.
—Bien, necesito la noche de mañana libre—exigió Steve.
—No hay problema, pero, te recuerdo que Tony es como un hijo para mi y si veo si quiera uno de sus cabellos despeinados, la pagarás, Steve—amenazó la agente Carter—Ese niño ha sufrido demasiado ya como para tener que lidiar contigo.
Steve fruncido el ceño ante la declaración de su superior.
—¿Que quieres decir con eso?, es un hombre exitoso, que goza de un buen estatus social, está casado y tiene un cachorro, no encuentro el sufrimiento en eso.—soltó despectivo.
Bucky se masajeo las sienes al ver la expresión de enfado de su superior, la mujer era amiga de ambos, pero cuando se ponía en plan directora de S.H.I.E.L.D, era un dolor en el trasero.
—Si en verdad piensas que eso es todo lo que hay que ver en él, entonces, no lo mereces, ninguno de los dos merecen a sus compañeros.—sin decir más, se retiró molesta de la sala.
Ambos se miraron por un rato, sopesando las posibilidades.
—¿Que vamos a hacer?—preguntó Buck por primera vez sin una sola gota de esperanza en el cuerpo y el alma.
—Yo...
—¡Que gusto verlos amigos!—el recién llegado corrió directo para abrazarlos.
—Hola, Thor.
Thor era el Dios del trueno, según la mitología Nórdica y él mismo daba fe de eso, había llegado de Asgard hace casi una década y apoyaba al ejército para mantener la paz del mundo, del cual era protector.
—Tienen cara de funeral, ¿Se terminaron los anabólicos en la cafetería?—sonrió una belleza de cabello negro largo más allá de los hombros, ojos verdes y silueta elegante.
—Mi amor, no seas grosero con nuestros amigos y sus desgracias.
Loki rodó los ojos y le dijo "aburrido" en voz baja; él era el Dios de las travesuras y a la vez hermano menor y consorte de Thor, muchas veces no estaba totalmente de acuerdo, con las actividades de su hermano y consorte en la tierra, pero, de vez en cuando venía a apoyarlo en las misiones, era un maestro en el arte de los cuchillos y pelea cuerpo a cuerpo, eso, y que era un hechicero.
Bucky les contó lo que sucedía, la cosa era tan complicada que hasta Loki, quien se caracterizaba por sus comentarios sarcástico y humor negro, no dijo absolutamente nada.
—Por padre, lo siento mucho amigos, si a mi me hubiera pasado lo que a ustedes, no se lo que haría, de solo pensar en estar lejos de Loki me da escalofríos —Thor abrazó a su hermano de forma posesiva, haciendo que este mostrara una sonrisa discreta.
—¿Que piensan hacer?—preguntó Loki con curiosidad.
—Honestamente, no lo sabemos.
—Tengo una idea...
[•••]
—Esta es una mala idea— se quejó Bucky.
—Ni que lo digas—coincidió Steve cansado, pero, su ira era tan grande que aunque la idea era mala, estaba totalmente de acuerdo con ella.
—Peggy nos va a matar si se entera de que cogimos un escuadrón novato para secuestrar a nuestras parejas.
—Loki dijo que nadie saldría lastimado.
En ese momento, un jet comenzó a descender, una vez aterrizó y los motores se apagaron, un hombre de cabello castaño y una mujer de cabello rojo salieron del vehículo, el corazón de Steve comenzó a latir muy de prisa, estaban lejos, pero podía percibir el aroma de Tony.
Estaba hermoso, llevaba el cabello corto y alborotado y sus ojos percibían un rastro de barba, su cuerpo también había cambiado, habían más curvas de las que recordaba y su trasero se veía apetecible enfundados en unos pantalones de deporte.
Tony corrió por la pista hasta estar cerca de un coche que los esperaba cerca del hangar; una mujer, una mujer con un niño en brazos los esperaba. El niño se bajó de los brazos de su madre y corrió hacia su padre, quien lo levantó y abrazó a su cuerpo con cariño, luego, se acercó a Natasha y le dio un beso en los labios.
Ambos se escogieron de dolor ante la tierna escena, soñando amargamente con que ellos pudieron estar en esa situación, vieron el auto partir con amargura.
—"Estamos en posición"—Anunció uno de los novatos.
Ninguno dijo nada mientras se dirigían al centro de la ciudad, se mimetizaron con las sombras mientras observaban la llegada de los asistentes al evento, incluyendo los esposos Stark-Romanoff.
Desde su posición, observaron cómo bajaban de su auto y entraban al recinto de forma elegante, ella tomada del brazo de él, con un vestido negro que quitó el aliento de Bucky. Por su parte, Steve estaba teniendo serios problemas con su cuerpo, se sentía afiebrado y lo único que quería al ver a Tony vestido de traje y corbata, era encajar sus dientes en él, quería arrebatárselo de las manos de aquella alfa que lo sostenía como si fuera de su propiedad.
Ambos esperaron lo justo mientras los recién llegados saludaban a sus conocidos, las cosas se precipitaron cuando los esposos salieron a bailar y Tony besó Natasha.
—¡Ataquen!—Ordenaron los dos.
Las bombas de humo comenzaron a estallar y ellos entraron por la ventana causando un alboroto aún mayor, aquella festividad estaba llena de agentes y militares, por lo que no se sorprendieron de que les dieran pelea.
Lo que sí le sorprendió a Steve fue ver a Tony peleando como un salvaje, diezmando a sus captores con algo que cubría sus manos y piernas y volando de aquí a allá. En uno de esos vuelos, Steve lo tomó de una de sus piernas y lo bajó a suelo bruscamente, pensó que se había pasado, pero el genio supo aterrizar y giró rápidamente para encararlo.
Y allí estaba, la vieja magia ancestral que se apoderaba de todo el mundo comenzó a circular entre ellos, haciéndolos jadear, Steve comenzó a despedir feromonas agresivas, intentando doblegar a Tony.
—Detente y ven conmigo—ordenó con la voz, nunca la había empleado en Tony y probablemente nunca lo volvería a hacer, se sentía muy mal.
Pudo ver la lucha interna que el castaño tenía, se resistía ante la orden y eso extrañamente excitó a Steve.
—No lo creo, amigo—el castaño se enderezó y apuntó su cañón directo a su rostro cubierto por una mascara antigas.
Los ojos de su hermoso castaño brillaban con ira y con algo más, Steve pudo percibir que el aroma que estaba despidiendo lo estaba excitando a él también por el brillo lujurioso en la mirada castaña.
Sonrió a pesar de que no lo veía, despidiendo más de su aroma de alfa, aquello aturdió por un momento a Tony, por lo que no se dio cuenta del ataque inminente.
—¡Señor!— escuchó gritar a alguien mientras golpeaban en la cabeza a Tony con su arma.
Steve vio horrorizado cómo caía inconsciente, fue ahí que su ira se desbordó y terminó goleando a idiota que había noqueado a su pequeño omega.
—Lo siento, pequeño, lo siento, todo estará bien, mi amor, todo estará bien—susurró mientras cargaba a Tony para llevárselo de allí, no tenía muy claro de qué iba a hacer, pero sí sabía a donde irían.
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One Shots Stony y Más
FanfictionCompendio de One Shots de las parejas de Marvel de mi prelidección.