Esperando a Juana

9 0 0
                                    


Era un día de tormenta e iba a llover. Lo sabía, pero tenía algo que hacer. Como de costumbre me quedé esperando a la persona con la que cada primer domingo de cada mes me encontraba.
Juana Debivo, mi hermana de parte de padre.
Solíamos hablar de la vida, nos conocimos de pequeños, mi madre se casó con su padre cuando yo tenía 15 años, aunque al principio la odié rápidamente se ganó mi corazón. De vez en cuando, solíamos mandarnos mensajes de aliento en cuanto a nuestros proyectos. Era la hermana que siempre deseé tener, por eso siempre tuve el pensamiento que lo era.
Tomé el celular y llamé a Carlos. Le dije que venga en media hora. Carlos también se juntaba con nosotros, pero a diferencia de Juana y mía, este solo era un amigo. Lo conocimos en la escuela y lo adoptamos como nuestro "hijo". "Me salvaron del bullying" decía, pero la verdad es que nunca lo sufrió.
El clima empeoraba, poco a poco comenzaba a llover. Era el peor escenario para esperar a una persona en medio de un bosque, pero debía continuar esperando, estaba seguro de que llegarían.
Aún en la llamada le pregunté si hoy la había visto, solo para asegurarme de que todo estaba bien. Me dijo que no la vio y que estaba muy entusiasmado por contarnos muchas cosas que le habían pasado.
Todo iba a estar bien, ella vendría y todo sería lo de siempre. Nos divertiremos como cada domingo del mes.
Carlos llegó, nos saludamos y hablamos de algunas cosas. Había hecho una obra de teatro titulada "El mono en su silla". Consiguió el papel protagonista cantando en un baño público, dijo que el director de la obra vio en el la voz indicada.
También me contó que iba a ser padre y quería que Juana fuera la madrina y yo el padrino. Era una muy buena noticia, yo estaba feliz.
Hasta que salió ese tema... "Juana se tarda mucho...¿No te mandó ningún mensaje?"
Me quedé mirando al suelo pensativo durante algunos segundos, no sabía que responderle ¿Qué se supone que responda?
Creo que no volveremos a ver su cara de niña inocente, sus ojos de caramelo, su sonrisa de "nunca me pasó nada malo", su hermosa personalidad de niña pequeña que tanto nos alegraba en los peores momentos de nuestras vidas... Así fue. Lo presentía... En el fondo lo sabía.
Yo sabía que ella no llegaría, pero no podía decirle el porqué al pobre Carlos.
El era muy buena persona y no quería hacer de esas hermosas noticias que el me contó algo negativo.
- No sé, quizá el tráfico la retrase. Respondí con tranquilidad mientras miraba a la calle con la esperanza de ver su auto pasar.
Yo también quería que llegase, pero sabía que no sucedería.
Quizá no debí haberla matado.
Quizá... así todo hubiese sido diferente.

Esperando a JuanaWhere stories live. Discover now